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El Tomelloso sorprendió a La Solana y ganó con toda justicia en La Moheda                        Foto: Sebas Candelas

Aurelio Maroto

La Solana: Toni Huertas, Juli, Araque (Matías m.67), Javi Núñez, Inti (Juande m.77), Michel, Jesús Bueno (Almarcha m.46), Capelo, Mini (Tore m.61), David Sevilla (José Pedro m.80) y Pitu.

Tomelloso: Álvaro, Pires, Borja, Anaba, Monreal, Gallego, Roberto, Wiku, Del Ali, Javi (Edu m.83) y Marcos.

Árbitro: Longueira Sielva. No influyó en el resultado. Amonestó a los locales Capelo, Pitu y José Pedro, y a los visitantes Pires, Gallego, Del Ali y Edu.

Goles: 0-1 m.88 Roberto, de golpe franco directo.

Incidencias: Unos 500 espectadores en La Moheda, en tarde soleada y fría.

Comentario: La celebérrima empanada de Móstoles es perfectamente aplicable a La Solana que vimos ayer. Ni siquiera la leal hinchada amarilla, inconmensurable una tarde más, logró desatascar a su equipo del cenagal futbolístico en el que se movió durante todo el partido. En esa especie de vahído, el Tomelloso no fue un convidado de piedra. Que va. Jugó un partido serio y no se comió el pan a traición. Es más, ganó con absoluta justicia y no notó, o no lo pareció, la atribulada semana que había tenido la hueste de Ignacio Galindo.

         La Solana simplemente jugó a nada. Su puesta en escena fue rápidamente frenada en seco por un Tomelloso valiente en cada balón dividido, impetuoso en la anticipación y pegajoso hasta el extremo. En un escenario así, es la hora de los fantásticos. Pero los amarillos no encontraron esta vez a su duende. Jesús Bueno apenas tocó balón y David Sevilla careció del feeling de otras tardes en el enganche. Sin distribución, La Solana se hizo muy pequeña. Tan sólo Capelo porfiaba con alguna luz por el costado zurdo, pero su ofensiva terminaba siendo una carga solitaria de infante contra batallón. Las rupturas dibujadas por Pitu chocaban siempre con pintura blanca y las apariciones de Mini por la otra banda se quedaron en un trazo de lápiz en la pizarra de Juan de Lara.

         En esas, el Tomelloso comenzó a sentirse cómodo. Seguros en defensa, con Monreal y Anaba ejerciendo de pretorianos, Wiku y el frío pero estilista Javi se adueñaron del medio campo. Michel tuvo que multiplicarse, mientras Araque y Juli sufrían los endiablados movimientos entre líneas de Del Ali. Sin embargo, el Tomelloso también demostró por qué es un actor secundario en esta película. Tan sólo anotamos un zapatazo alto de Monreal en un rechace en toda la primera parte. Con todo, hizo más que La Solana, que miró con prismáticos la portería de Álvaro.

         Tras una primera parte sosa y sin apenas fútbol, la numerosa y ruidosa afición amarilla confiaba que su equipo por fin tocaría zafarrancho. Vana ilusión. Las ocasiones de gol, un lujo en el primer asalto, llegaron, pero en las botas de los tomelloseros. Roberto, a la postre héroe de su equipo, ya pudo hacer el 0-1 a los siete minutos, pero se lió delante de Toni Huertas. Juan de Lara, consciente del colapso, había dado entrada a Almarcha, futbolista de gran despliegue físico y con un cañón en su pierna diestra. La idea era mejorar la llegada en tres cuartos. Tentativa inútil. Antes al contrario, el Tomelloso asomaba cada vez con más peligro y empezó a encontrar la espalda a las torres amarillas. A los 26 minutos, Del Ali volvió a tenerla, pero Juli salvó en el último momento.

         Con el partido así de enredado y la grada incrédula ante el síncope que estaban sufriendo los suyos, llegó el gol visitante. Roberto golpeó como los ángeles una falta directa y Toni Huertas voló para meter la manopla, pero sin éxito.

         Es verdad que La Solana apretó en las postrimerías. Lo hizo con el ímpetu del que se siente derrotado, y en parte azorado por una derrota que en modo alguno esperaba. Almarcha tuvo el empate con un cabezazo que rozó palo izquierdo de Álvaro. No hubiera sido justo.

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