Los jugadores saludan tras perder el sábado contra el Guadalajara                                    Foto: GACETA

      Aurelio Maroto

         Es un proyecto de futuro basado en la cantera, que quede claro. El entrenador del CB La Solana, Ángel Crespo, no se altera ante la sucesión de derrotas de su equipo en 1ª Autonómica, diez sobre once posibles, la última el sábado en el pabellón “La Moheda” ante el Guadalajara (55-81). Cree que “las cosas se están haciendo bien”.

         Puede parecer un contrasentido si atendemos a los mamporros que el primer equipo se está llevando, un partido sí y otro también. La Solana es colista de la categoría con un solitario triunfo. Sus números son ciertamente malos, ya que recibe una media de 78 puntos por partido.

         Hasta ahí, es inútil negar la realidad. Sin embargo, el CB La Solana va mucho más allá a la hora de valorarse así mismo. Ángel Crespo recuerda que sigue siendo el equipo más joven de la categoría y una parte de su plantilla todavía está en edad juvenil. Además, el potencial de los rivales ha subido en una categoría más competitiva, curiosamente como consecuencia de la crisis. Muchos jugadores se refugian en los equipos de sus pueblos ante la falta de compensación económica en niveles más altos. La Solana, tras la “jubilación” de su generación de oro, no tiene veteranos que pongan ese punto de oficio y solidez.

         Tampoco hace falta. La filosofía del club es trabajar con la base y prosperar poco a poco. Ni se plantea fichar, primero por que no hay dinero, y segundo por que sería romper la magia de la nueva hornada. El técnico asegura que el club es “un todo, no sólo el equipo de 1ª Autonómica”. Dice estar contento con el trabajo que se está haciendo, y pone como ejemplo el equipo junior, a día de hoy “jefe” de su grupo en la categoría especial de Castilla-La Mancha. Si todo sale bien, podría alcanzar la fase nacional y colocar un nuevo hito en la historia del baloncesto local.

         El resto es cuestión de paciencia. Los jugadores necesitan seguir progresando y adquirir experiencia, cosa que sólo se consigue a base de competir, y por qué no, de aprender con las derrotas. Con todo, Crespo confía en mantener el nivel de ilusión de los jugadores a pesar de los continuos traspiés. Ese sí es un reto importante, incluso más que la preparación técnica de cada partido.