
El director de la OMIC, Santiago García-Cervigón, durante la charla Foto: GACETA
-Paulino Sánchez.
Los habituales café tertulia de la Asociación de Mujeres se reanudaron tras la celebración de las fiestas navideñas y lo hicieron para tratar un tema de economía, precisamente en plena cuesta de enero, en concreto era el director de la Omic el que tocó el habló sobre “Contratación de servicios bancarios”.
García Cervigón señalo que de lo que se trataba era de explicar algunos conceptos, que quizá por darlos por consabidos no los conocemos, algo que se está detectando diariamente en la Oficina del Consumidor y que es, concretamente, la de los productos tan básicos como abrir una cuenta corriente, o de ahorro, o un depósito a plazo, tiene una serie de condicionantes que son derechos y obligaciones para las partes.
Al respecto indicaba el director de la Omic que “los usuarios no conocemos al detalle en que consisten este tipo de operaciones”, añadiendo que la charla iba destinada a lo más básico, como explicar las cartillas, depósitos y tarjetas, algo que se está utilizando diariamente y que, a veces, da problemas.
Lo que se pretende con este tipo de charlas, matizaba García Cervigón, es que después hay que completar esa información con algo que es más complejo, en concreto con algo que parecía una inversión muy sencilla, pero que al final resulta ha supuesto un conflicto para muchos ahorradores “que ahora se ven como inversores”, en concreto es el problema muy complicado de las “participaciones preferentes”, algo que no se maneja con facilidad.
Señalaba el responsable de consumo solanero que “lo que se debe hacer es mirar detenidamente los contratos, leer detenidamente la letra pequeña, en la que se explica todo lo contratación y detenernos en algunos aspectos puntuales de todas estas contrataciones”.
Sobre la confianza que tiene muchas veces la persona que se acerca a una entidad, se fía más de lo que le dicen los empleados de la misma que de la letra pequeña que no lee, indicaba que al ser la misma tan difícil de leer no nos detenemos a ello, “porque aparecen una cantidad de letra pequeña que es difícil, pero conviene que el usuario se pare por lo menos a informarse de los términos más generales, fiándose de lo que se le dice por el personal de la entidad bancaria”
En cuanto a los problemas que origina a veces el tema de las tarjetas bancarias, añadía Santiago García Cervigón que “a veces manejamos instrumentos sin saber exactamente todos los beneficios y los perjuicios”. Precisamente realizaba una comparación con los libros de instrucciones, señalando que manejamos un aparato sin saber todas sus particularidades, pero en este caso se está jugando con el dinero del bolsillo del usuario, aludiendo a lo que a veces ocurre cuando se recibe una tarjeta de una entidad bancaria sin haberla solicitado, comenzado a gastar dinero que al final hay que pagarlo con creces.
En cuanto a las comisiones bancarias que cargan las entidades bancarias y que, a veces si se protesta las quitan, indicaba el director de la Omic que a la hora de contratar un producto todo lo relacionado con el mismo viene estipulado en la letra pequeña, como son los gastos y las comisiones que acarrea, que a veces no responden a servicios realmente prestados. Por ello se debe tener en cuenta que, para cobrarlas, hay que tener en cuenta que esos servicios estén realmente prestados, que la comisión haya sido aceptada y que responda a lo que la entidad ha comunicado al Banco de España sobre las comisiones que va a cobrar, por lo que si no se cumplen esos tres casos no son legales.