Imprimir 

 Copia (2) de Cuatro corazones con freno y marcha atrás-1   Teatro Campo Montiel grupo TPC-1-

Una escena de "Cuatro corazones con freno y marcha atrás". A la derecha, grupo TPC.           Fotos: GACETA

      Aurelio Maroto

         El primer fin de semana dedicado a la I Muestra de Teatro “Campo de Montiel” exhibió dos obras completamente antagónicas, aunque con la ciencia ficción y el surrealismo como una especie de denominador común. El festival arrancó el viernes con “Cuatro corazones con freno y marcha atrás”, de Jardiel Poncela escenificado por el grupo teatral de la ACAZ. Fue la primera reposición tras el estreno en la pasada Semana de la Zarzuela.

         El teatro Tomás Barrera reunió a unos 200 espectadores, que disfrutaron de la representación. En escena, una veintena de personajes para dar vida al montaje dirigido por Luis Romero de Ávila, quien volvió a sentirse satisfecho por el resultado general de la puesta en escena. Se trata de una obra amena y entretenida, aunque nada fácil teniendo en cuenta la gran cantidad de actores y actrices que salen a escena. Como ya informamos con ocasión del estreno del pasado 26 de octubre, e objetivo de la sección teatral del grupo lírico es continuar preparando nuevas obras. “Cuatro corazones con freno y marcha atrás es la tercera en su repertorio tras “Bodas de Sangre” y “Maribel y la extraña familia”.

         El sábado le tocó el turno a la compañía TPC de Torre de Juan Abad. Puso en escena “El público”, una obra de género surrealista escrita por García Lorca. Apenas un centenar de espectadores acudieron a la representación.

         Aunque la homosexualidad es santo y seña de la sinopsis original, TPC ha realizado una adaptación que huye de un tema que considera demasiado manido. El coordinador del grupo, David Vélez, asegura que buscan la protesta social ante la situación que estamos viviendo “queremos compartir con el público las rabias escénicas de una sociedad que no nos trata bien” –declaró-.

         Conviene recordar que esta obra le trajo serios problemas a Lorca por su conocida condición de homosexual, pero la compañía torreña prefiere la línea del conflicto que tenía el poeta con su teatro de tragedia rural, estilo “La casa de Bernarda Alba”.

         En cuanto a la aceptación de este trabajo escénico al gran público, David Vélez reconoce que hay aristas. Aunque una parte de los espectadores que ven la obra se levantan aplaudiendo de emoción, lamenta que hay otra que no entiende la obra, incluso la politiza “cuando te quejas de los desahucios, de que las familias no tienen solvencia económica, de que los jóvenes tienen que volver al pueblo y cosas así, algunos te tachan de rojo, cuando son cosas que no tienen color ideológico”. Ese norte de activismo social es y seguirá siendo la guía de este grupo de aficionados.

Usamos cookies para mejorar su experiencia en nuestra web. Más información en: Guía de uso de las cookies.

  Acepto el uso de las cookies en este sitio.