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 Copia de Toros Puerto natural

Víctor Puerto ejecuta un natural                                                                                   Foto: GACETA

Gabriel Jaime

Víctor Puerto volvió a triunfar en la plaza de toros de La Solana al cortar cuatro orejas y un rabo, saliendo a hombros por la puerta grande en compañía del mejicano Juan Pablo Sánchez. Completaba la terna Ángel Teruel que se fue de vacío por culpa de la espada. Los matadores estuvieron muy voluntariosos y si cabe, muy por encima del encierro de Alcurrucén. Los astados resultaron manejables y tuvieron un buen comportamiento en líneas generales, pero tal vez les faltó algo de chispa, provocando en ocasiones unas embestidas ciertamente sosas. En cualquier caso, tarde entretenida en la que los aficionados ocuparon sólo un cuarto de los tendidos.

Se lidiaron toros de la ganadería de Alcurrucén bien presentados y con unas características físicas muy parecidas. Todos lucieron una capa castaña de pelaje y recibieron una puya salvo el quinto que acudió dos veces al piquero derribando las cabalgaduras. El ganado fue manejable y salió algo suelto de los chiqueros, lo que provocó que se vieran pocos saludos capoteros. Sin ser malos, les faltó mordiente y más alegría a la hora de acudir a los engaños. Destacaron el primero, el quinto por las arrancadas en la suerte del varilarguero y el sexto por su forma de embestir más homogénea.

Víctor Puerto arrancó los primeros “olés” gracias al quite lucido de su primero al que lanceó por delantales rematando con la media. El diestro brindó al público la faena y se mostró muy sobrio en los medios, encauzando al toro lentamente por el pitón derecho. Consiguió algunos derechazos carentes de arte en una faena ciertamente práctica, en la que fue a menos con el toreo al natural. El toro se fue apagando aunque embestía con cierto son, momento en el que Puerto echó mano de los recursos, incluida rodilla en tierra, para conectar con el público. Una estocada casi entera le hicieron merecedor de algún trofeo, pero nunca los máximos de dos orejas y rabo, a nuestro entender excesivos a todas luces.

En el cuarto, el maestro demostró su veteranía para paliar las deficiencias del toro. La faena resultó ciertamente insulsa y carente de arte, aunque en beneficio del matador hay que decir que estuvo por encima de su enemigo. Movió la mano por ambos pitones y sobretodo estuvo metido entre los mencionados para adornarse con los péndulos de la muleta y los pases por alto ó mirando al tendido. Una forma fácil de llegar al público sin desarrollar los cánones del toreo. Mató de pinchazo y estocada caída y se le premió con otras dos orejas, la segunda con las mulillas esperando en el ruedo. El diestro brindó la muerte del toro a su amigo y gran aficionado local Román Uriel. Destacar los buenos pares de banderillas que hicieron saludar a los de plata.

Toros Teruel capote lancea

Ángel Teruel lanceando con el capote                                                               Foto: GACETA

Ángel Teruel salió al ruedo con muchas ganas, pero dos coladas del toro en los lances de recibo frenaron al madrileño. Le costó coger el sitio en la faena de muleta, si bien se mostró muy voluntarioso en todo momento. El morlaco no ayudó con una embestida de poca transmisión, pero el hijo del gran matador de los setenta sacó algunos muletazos aislados a los que faltó algo de conexión. En todo caso, el torero se entrega y el público le ovacionó tras el arrastre después de matar con dos estocadas atravesadas que le privaron de tocar pelo.

También los aceros fueron protagonistas en el quinto, después de una meritoria faena a un buen toro de Alcurrucén. El astado acudió dos veces al piquero derribando en ambas ocasiones al varilarguero que recetó dos puyas muy simétricas (una caída y otra contraria) pero ninguna en el morrillo. Por eso, tal vez se quedó más crudo el toro y tuvo más chispa en la embestida. Teruel lo sacó con mucha torería a los medios doblándose con él y probando las telas por bajo. El diestro mostró sus deseos de agradar y lo intentó por ambos pitones, colándose literalmente en la cuna para enganchar con el tendido. Destacó algún circular de mucho mérito y algunas series bien rematadas, pero no tuvo el día con la tizona y se fue de vacío.

Copia de Toros Sánchez derechazo

El azteca Juan Pablo Sánchez dejó destellos de figura                                     Foto: GACETA

El mejicano Juan Pablo Sánchez dejó muy buenas sensaciones en el coso de la Calle Alhambra. Poco pudo hacer con el toreo de capa al no acompañar sus enemigos, pero resultaron muy interesantes sus faenas con la franela con mucha plasticidad. El diestro se dobló por bajo para sacar al toro con mucha torería y elegancia, si bien el de Alcurrucén acudía a los engaños con más inercia que codicia. El de Aguascalientes lo intentó por ambos pitones, pero su enemigo se fue apagando y haciendo inútil el deseo del matador. Se silenció su actuación después del pinchazo, entera y dos verduguillos que necesitó para finiquitar al primero.

En el que cerraba plaza, Juan Pablo Sánchez toreó muy despacio y sin descomponer la figura. Aprovechó al buen ejemplar que tenía delante para dibujar sensacionales tandas muy ligadas y muy templadas. El toro tuvo más fijeza y más recorrido y el diestro supo deslizar la mano con suavidad, abriendo el compás hasta conseguir unos muletazos de gran calidad. Se le vio muy a gusto por ambos lados y el público reconoció los méritos del joven espada que tiene cimientos y padrinos para hacer cosas importantes. Tras una gran estocada, se le premió con las dos orejas.

Así pues, Víctor Puerto y Juan Pablo Sánchez salieron a hombros por la puerta grande y Ángel Teruel abandonó el coso por la puerta de cuadrillas, aunque éste recibió una sonora ovación durante su marcha.

Destacar, como ya es costumbre, el sensacional concierto de pasodobles taurinos ofrecido por la banda municipal de música que dirige Ángel Sancho. Partituras como “Manolete”, “Nerva”, “La Entrada”, “Ayamonte” ó “La puerta grande”, entre otros, pusieron un toque especial al lucimiento de los espadas y una buena banda sonora a la merienda de los espectadores.

La plaza registró un cuarto de aforo, contando con la presencia de socios de la Peña Taurina “La Solanera” y el Club Taurino “Los Galanes” que lucieron sendas pancartas sobre los tendidos.

En definitiva, corrida entretenida en una tarde soleada de verano.

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