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UP-Clausura curso-2-

Momento del acto de clausura de curso de la UP                                                           Foto: GACETA

Paulino Sánchez

Con la lectura de un manifiesto reivindicativo que pedía a los responsables políticos el apoyo a la labor de la Universidad Popular solanera, que tiene ya 27 años de vida, se celebró el acto de clausura de curso con la inauguración de las exposición de los trabajos realizados por los diferentes cursos y talleres.

En el acto oficial, la directora de la UP, Amalia Romero de Ávila, admitía que este año era diferente por las dificultades económicas e incertidumbres, pero de mucho trabajo, como venía siendo característico desde hace 27 años. A lo largo de su intervención señaló que tanto monitores como alumnos habían realizado su trabajo con más imaginación que nunca “dando lo mejor de sí mismos y enseñando no sólo las materias que les corresponden, sino los valores que se enseñan en las UP”. Insistió en que era triste no clausurar con la alegría de otras ocasiones por la petición de algunos para que se cerraran parte de las actividades de la UP. Pidió a quien corresponda apoyo para esta institución “que ha demostrado día a día el trabajo bien hecho”.

Seguidamente intervino la coordinadora, Francisca María Serrano de la Cruz, quien insistía en la ilusión de los participantes en los cursos y matizando que “no se nota la crisis económica en los trabajos realizados”. Dijo que el alma de la UP “son las mil personas que cada cuatrimestre acuden a ella” insistiendo en la oferta que se ofrece y que “sirve de terapia a la soledad de muchas personas”.

El elefante negro del capital

En nombre de los monitores, Teo Serna leyó un manifiesto que tituló “Malos tiempos para la lírica”, una canción del grupo Golpes Bajos, señalando que “aunque la poesía sea más necesaria que nunca, algunos la quieren vestir de lujo innecesario”. Aseguró que son malos tiempos donde sólo cuentan los resultados económicos como si todo fuera una gran empresa neoliberal “en la que importa un rábano lo que no huele a dinero”. Aludió al actual modelo de sociedad, que hace del individuo un número a restar o sumar y de la persona una hormiga, sin importar proyectos educativos, sociales o culturales “que se tambalean ante la embestida ciega del elefante negro del capital y los pueblos se ven privados de lo más esencial, mientras lo grandes poderes rescatan a bancos podridos de dinero y se cuestionan instituciones como la UP con 27 años de historia”. Añadió que detrás de los que toman las decisiones de los recortes siempre hay personas que viven y sienten como ellos y no simples números, pidiendo a los políticos sepan mantener el bienestar general y los derechos conquistados.

El alcalde defiende la continuidad de la UP

Cerró el turno de intervenciones el alcalde, Luis Díaz-Cacho, que destacó el esfuerzo de los profesionales para sacar adelante el curso “en muchos casos sin cobrar sus nóminas”. Aludió a las dificultades económicas por las que se está pasando “donde los recortes diarios están desmoronando los pilares básicos de la sociedad”. Abogó por mantener la mayor parte de los servicios que ofrece el Ayuntamiento, cosa que se está consiguiendo sin apenas recursos “pero con la solidaridad y el esfuerzo de todos”.

Se refirió a las posturas políticas que hablan de cerrar parte de los servicios de la UP, señalando que “lo difícil es aguantar la presión” y puso a la UP como “referencia social en La Solana”, manifestándose por seguir propiciando  este espacio de aprendizaje y de cohesión social.

Los asistentes pudieron contemplar finalmente los trabajos realizados por los cursos y talleres que se encuentran por un lado en el Centro de Artes, y por otro en el patio de la Casa de la Encomienda.

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