Santiago Romero de Ávila junto a sus vinos                             Foto: GACETA

Paulino Sánchez

Los vinos solaneros siguen cosechando premios. En esta ocasión han sido los de Bodegas Romero de Ávila Salcedo, cuyo  Portento “Tempranillo” ha recibido la medalla de oro en el Concurso Mundial celebrado en la ciudad portuguesa de Guimaraes, en el que participaron 8.400 vinos de 52 países.

Un total de 320 catadores de vinos y espirituosos de 40 nacionalidades distintas han trabajado durante 3 días en la evaluación de las muestras presentadas en este concurso. En una entrevista concedida a Radio Horizonte, el gerente de Bodegas Romero de Ávila Salcedo, Santiago Romero de Ávila, ha mostrado su satisfacción por el importante premio conseguido en este concurso mundial que se va realizando cada año en diferentes ciudades del mundo, y que en esta ocasión ha tenido como sede la localidad  portuguesa, resaltando el elevado número de jurados que otorgan el premio, lo que eleva la categoría del certamen.

Según dijo, el consumidor puede encontrar dos cosas muy importantes en el Portento tempranillo, como son la mucha fruta para el olfato y su equilibrio en boca “son fáciles de beber y muy afrutados, que es lo que demanda el mercado, mucha fruta y con un ligero toque de madera”. En concreto, en este mundo del vino en el que existe tanta competencia, se trata de elaborar lo que se vende y el tinto joven es un vino que aguanta muy bien dos años embotellado y para la boca es muy suave y agradable.

Los premios, añadía Santiago Romero de Ávila, son una muy buena carta de presentación para poder vender los vinos “cuando haces las cosas bien y te lo reconocen es que vas por el camino correcto y tienes posibilidad de llegar a más lugares con ese producto”. Además, cree que hay que tener en cuenta la gran competencia existente, además de los buenos vinos que se están elaborando en países emergentes, de los que puso como ejemplo Chile, sin olvidar los vinos californianos que también ofrecen gran calidad “los buenos vinos no sólo se elaboran en España, Francia o en Italia”.

En cuanto al momento que vive el consumo de vino, reconocía que está subiendo, aunque lentamente, en diferentes partes del mundo, pero en España no acaba de despegar porque “quizás no se sabe llegar a la gente joven, que recibe las fuertes campañas publicitarias de las compañías de otras bebidas”. Insistía en la importancia que el vino tiene en la alimentación “bebido moderadamente contribuye a prevenir enfermedades cardiacas” por lo que se debía conocer las cualidades para consumirlo, máxime teniendo en cuenta la importancia que para la economía de La Mancha tiene su consumo.