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Vicente Morales-

Vicente Morales en la redacción de Gaceta      

         Aurelio Maroto

         El sacerdote solanero Vicente Morales lleva 17 años en Chile. Ejerce su ministerio en la parroquia San Pedro Pescador, en un distrito de la zona metropolitana de la capital, Santiago, una ciudad de 6 millones de almas. Pero su ordenación tuvo lugar mucho antes, el 22 de abril de 1962, en Madrid, hace exactamente 50 años. Con motivo de tal efeméride ha vuelto a España y ha pasado por su pueblo, La Solana, donde ha celebrado sus bodas de oro sacerdotales oficiando sendas misas en la parroquia de Santa Catalina y el convento de las Monjas Dominicas.

         Aprovechando su visita al pueblo que le vio nacer, ha pasado por los estudios de Radio Horizonte para hablarnos de su misión en el país andino. En estos 17 años se ha empapado de la vida en Chile y de sus costumbres, hasta el punto que desea terminar allí sus días “tengo decidido quedarme para siempre”. Esto no significa renegar de su tierra natal “donde tengo y tendré mis raíces”, pero en Chile ha encontrado un encaje vital definitivo.

         Vicente Morales nos ha hablado de muchas cosas, incluida la actualidad social, económica y política que atraviesa Chile, pero sobre todo cómo nos ven desde allí y qué opinan de la crisis galopante en Europa y en España “las noticias de lo que pasa en nuestro país son alarmantes y se ha visto que vivíamos por encima de nuestras posibilidades”. Mientras en España hay recesión, en Chile crecen al 5 por ciento, pero sigue habiendo miedo “los chilenos están temerosos de que la crisis europea acabe afectándoles al estar todo globalizado”. Según nos dice, lo que más sorprende es la tasa de desempleo “no se explican cómo pueden aguantar con un 25 por ciento de paro mientras ellos tienen un 9 por ciento, no dan crédito”.  

         Pero el problema de Chile es estructural en el tiempo. Hay un alto endeudamiento familiar y el temor a quedarse en paro es enorme “allí tienen que pedir un crédito para comprar una cocina o un frigorífico”. Las prestaciones, naturalmente, no están aún al nivel de España. Las protestas son comunes y los estudiantes comandan las últimas acciones reivindicativas. Vicente Morales llegó con Eduardo Frei en la presidencia y Augusto Pinochet como jefe del Ejército todavía. Después llegó Lagos, luego Bachelet y ahora gobierna Piñera, que han consolidado la democracia, en efecto, pero “no han sido capaces de resolver el problema crear una nueva Constitución”.

Nacionalización de empresas

         Como sucede a menudo en el cono sur americano, hay pobreza donde hay riqueza. Los recursos naturales de Chile son importantes, pero están mal repartidos. Es aquí donde surge el tema de la nacionalización de empresas extranjeras, tan de moda estos días. Respecto a la polémica decisión de sus vecinos argentinos, Vicente Morales defiende sin tapujos que la riqueza natural debe ser disfrutada primero por sus habitantes “los más concienciados creen que ya es hora de librarse de lo que llaman el segundo colonialismo”, una referencia directa a las multinacionales, entre ellas varias españolas. Eso sí, matiza que no está de acuerdo con las formas de llevar el asunto de gobiernos como el de Kirchner. En Chile todavía no se ha dado ese paso, pero no lo descarta “hay mucha minería dominada por empresas extranjeras que pagan muy pocos impuestos”.

         Entre tanto, Vicente Morales es feliz en su comunidad y continúa su trabajo pastoral en una parroquia cuya población tiene enormes necesidades sociales. Ahora están enfrascados en una ambiciosa misión juvenil. Partidario de la Teología de la Liberación y contestatario ante ciertos dogmas de la iglesia católica, asegura que este proyecto con los jóvenes “no es para evangelizarlos, sino para escucharlos y que conozcan la parte más humana de Jesús”.      

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