El enólogo, Rafael Bermejo sirviendo el aceite a catar                                          foto: GACETA

-Paulino Sánchez.

   El que un aceite tenga amargor y pique son dos cualidades positivas en un aceite. Así lo señaló el enólogo de la cooperativa Santa Catalina, Rafael Bermejo, quien participó en los habituales café coloquio de la Asociación de Mujeres y les realizó una cata comentada de aceites.

   Bermejo, que pertenece al panel de cata de Ucamán, explicó a las asistentes a la charla cómo es el trabajo en un panel de cata de aceites de oliva virgen, señalando que existe confusión entre aceite de oliva virge, el que es extra o un aceite de oliva refinado.

   A lo largo de su intervención les enseñó a las asistentes cómo es una ficha de cata, ofreciéndoles asimismo la posibilidad de catar tres aceites, sin que las participantes supieran nada sobre cada uno de ellos y pidiendo luego la opinión de las que los habían probado.

Sobre si las amas de casa entienden de aceites, señalaba que en Toledo existe un panel de mujeres que es de los mejores que se pueden encontrar. No obstante señalaba que estamos acostumbrados a un aceite que creemos es el más nos gusta y el mejor, pero tenemos que aprender más y no pensar más en lo que nos guste o estamos acostumbrados.

Pero con el aceite hay mucho refinado y no tenemos referencia de lo que es un aceite de oliva Virgen extra, que suelen ser aceites fuertes y muy potentes, quizá demasiado para los que no estén acostumbrados a ellos.

   Añadía Bermejo que los aceites no son como los vinos y recordaba que este año la cosecha es buena en cantidad y en calidad, ya que ha habido poca aceituna en el suelo. Indicaba que de asimismo es un año de excelentes afrutados.

     Recordaba igualmente que si en un aceite no hay ningún defecto es aceite virgen extra, añadiendo que hay cuatro defectos típicos en el aceite, el atrojado, el avinado, el hierro o metálico y la tierra.

Señalaba asimismo que amargor y picante son atributos positivos, aunque no gusten y a veces se compran aceites que están atrojados o refinados, pero como no amargan aunque tienen defectos les convencen más a la gente.