Imprimir 

CF La Solana gol

Momento en el que Mini marca el 1-0                                                                                    Foto: Sebas Candelas

Aurelio Maroto

La Solana: Pedro, Juli, Juande, Araque, Pitu, Jose López, Mini (Intillaque m.80), Sancho, Michel, José Pedro (Juanmi m.72) y Almarcha (Colchón m.86).

Ciudad Real: Orozco, Juli (Valentín m.46), Melendo, Alberto, David Martín, Álvaro (Iván Ortega m.78), Raúl Castillo (Santana m.31), Marchán, Abdón (Párraga m.46), Sergio Rojas y Carlos Arroyo (Rubén m.62).

Árbitro: Corredor Dotor. Buen arbitraje. Amonestó a los locales Araque, Mini, Sancho y Almarcha, y al visitante Raúl Castillo, además de al técnico Javi Hernández.

Goles: 1-0 m.20 Mini remata en semifallo un centro una asistencia de Michel.

         2-0 m.26 Golazo de Pitu con la zurda desde dentro del área.

Incidencias: Tarde gélida y nublada en La Moheda. Césped natural helado. Unos 300 espectadores.

Comentario: La Solana se divirtió ayer con un juguete llamado CD Ciudad Real. Dicho así, puede parecer excesivo, pero la metáfora es real como la vida misma. Los amarillos, enchufados desde el pitido inicial, se comieron sin compasión a un rival que pudo salir de La Moheda con un roto parecido al que recibieron en el Rey Juan Carlos allá por septiembre. Lo evitó Orozco, blanco de una burlona afición solanera, pero sensacional en varias manoplas que evitaron una goleada segura.

         La cuestión no es que La Solana sea muy superior al Ciudad Real, ni mucho menos. Los azules no están donde están por casualidad. De hecho, hasta que Mini abrió la lata (m.20) hubo un equilibrio total, con dos equipos afanosos que proponían un encuentro de ida y vuelta, y muy físico. Pero ese 1-0 y el segundo poco después de Pitu, en un alarde de calidad individual y de instinto asesino, colapsó a los azules. Ahí se le rompió el muelle al equipo de Javi Hernández.

         Sin embargo, conviene escudriñar algo más en razones tácticas. La Solana superó mejor la ausencia de Capelo que el Ciudad Real la de Paco. Michel fue un puñal por banda derecha y Mini por la otra, superando casi siempre a Juli y Melendo. En todo caso, la génesis de todo se situaba en la luna central. Ángel Izquierdo volvió a arriesgar con tres defensas para rearmar el corazón del campo. Allí, Sancho y Jose López en primera línea, y José Pedro y Almarcha en la segunda fueron demasiado para las intentonas de Raúl Castillo y Marchán, mientras Álvaro, muy rezagado, veía pasar el balón sin posibilidad de organizar el juego de los suyos. Si a la acumulación de efectivos y músculo se une una o dos marchas más en el sentido de la anticipación, resulta que casi todos los rechaces, balones divididos y segundas jugadas iban a parar a pies amarillos.

         Bajo ese guión, La Solana tenía el partido en sus manos, sobre todo con el inmenso trabajo de Pitu entre líneas, cuyas rupturas constantes mareaban a David Martín y Alberto, casi siempre con la espalda al aire. La ilustración perfecta de lo que se avecinaba llegó a los 14 minutos: Pitu rompió por el costado derecho, penetró y buscó la llegada al segundo palo de Jose López, que no fusiló a Orozco por que el balón le botó mal justo antes de golpear. Ya con el 2-0, otra calcomanía de lo anterior, por la misma banda y con los mismos intérpretes, pero la fantástica tijera de Jose López la sacó a córner un defensa cuando ya entraba.

         El primer tiempo terminó con La Solana desatada sobre el portal visitante, dominando de manera absoluta la dinámica de juego, y la sensación de que el 2-0 se había quedado corto. Sin embargo, ese marcador parecía la mejor noticia para un Ciudad Real que tenía medio partido para volver la tortilla.

         Nada de eso. El segundo tiempo comenzó igual. A los dos minutos, ya saben… Michel penetra, por supuesto por la derecha, centro raso y Pitu, siempre atento y generoso en el desmarque, dispara a quemarropa a un metro de Orozco, que saca una manopla imposible para evitar el 3-0. Muy poco después, el travesaño escupe un centro envenenado y Pitu vuelve a encontrarse con Orozco en otra ocasión clamorosa.

         La Solana jugaba a gusto, casi a placer ante un rival taciturno e incapaz de hilvanar fútbol. Javi Hernández movió el banquillo, adelantó a David Martín, intentó abrir el campo por el costado de Sergio Rojas, pero todo fue inútil. Los locales achicaban todos los espacios y multiplicaban las ayudas. Y cuando los ciudarrealeños decidieron encomendarse al bombardeo directo, allí se erguían Araque y Sancho para despejar cualquier balón, y cualquier duda sobre quien dominaba el cotarro.

         La Solana sólo bajó revoluciones en el último cuarto de hora, seguramente escasa de gasolina, pero continuó controlando sin problemas a un rival que sólo inquietaba a balón parado, por ejemplo cuando Santana peinó una falta lateral y tocó el larguero. Demasiado poco para el equipo que hasta hace bien poco mandaba en la clasificación.

Vestuarios

         Al término del encuentro, Javi Hernández evitó poner paños calientes a la derrota de su equipo “el 1-0 ha sido clave y no hemos sabido sobreponernos; era un campo donde podíamos perder y eso ha sucedido”. Destacó el enorme equilibrio que existe en el grupo “no recuerdo un año con tanta igualdad y todavía van a pasar muchas cosas”. Insistió en que su equipo no está obligado a ascender “no podemos fichar, hay jugadores que cobran 25 euros por partido ganado y nuestro objetivo sigue siendo terminar entre los cuatro o cinco primeros”.

         Por su parte, Ángel Izquierdo no ocultó su satisfacción “hemos hecho un partido muy completo y esta victoria es muy importante para nosotros”. Felicitó a sus jugadores por el enorme compromiso que están demostrando y admitió que estos tres puntos suponen un punto de inflexión “ya estamos donde nos propusimos, con los mejores y sin renunciar a nada”.

Usamos cookies para mejorar su experiencia en nuestra web. Más información en: Guía de uso de las cookies.

  Acepto el uso de las cookies en este sitio.