Pamela Palenciano durante su charla                                                       Foto: GACETA

Paulino Sánchez

    Organizado por el Centro de la Mujer, a través de una subvención recibida de la Diputación por la Asociación de  Mujeres “Conrada Serrano”, se organizó, en el auditorio de la Casa de Cultura, un taller denominado “No sólo duelen los golpes”, para jóvenes de 4º de ESO, que corrió a cargo de Pamela Palenciano, quien ya realizó hace unos meses otro similar dirigido a mujeres, donde contó su experiencia de maltrato.

    La concejala de Igualdad, Manuela González-Horcajo, agradecía la posibilidad de organizar este taller con el que volver a incidir  en la violencia de género y explicar a los jóvenes lo que la ponente ha vivido en sus carnes. Pamela Valenciano señalaba que, aunque contaba la misma historia de sus maltratos, era diferente la forma en la que lo hacía a las mujeres en su primera visita a La Solana, que ahora a los hombres, pero siempre mediante un experimento teatral. Palenciano señalaba que  su agresor era ahora un personaje que ha conseguido ponerlo en el centro de la actuación, siendo él quien se dirige al público, les dice lo que piensa sobre las mujeres, el amor, sacando el máximo esplendor a todo su machismo, su misoginia, racismo y sexismo.

   Recordó que ya son ocho los años que lleva contando esa historia, pero haciéndola teatro. Añade que siempre quiso contar al mundo lo que le había pasado, pero pensando que sólo le ocurría a ella, porque era tonta. Pero luego pude darme cuenta que son millones  de mujeres las que sufren esos malos tratos, cambiando sólo el carácter del agresor.

   Añadía  que el agresor, es España, es un tipo normal y corriente, sólo que considera que la mujer es de su propiedad. Al respecto indicaba que aquí existe un neo machismo, con un disfraz del hombre que habla de igualdad de la mujer con el hombre, pero luego aparece un machismo fuerte en muchas ocasiones cuando se emplean frases  como “mujer tenías que ser”. Añadía Pamela Palenciano que El Salvador,  donde vive actualmente, existe bastante machismo, pero allí los hombres lo declaran libremente.

   Finalmente aludía al dibujo que figuraba en su camiseta, una mujer sosteniendo un gran corazón sobre sus espaldas. La imagen alude a un libro de Lucía Echevarría titulado “Ya no sufro por amor”, añadiendo que ella sufre por otras cosas, pero ahora vive el amor de otra forma con su compañero en El Salvador.