Los hijos de Manzano durante el homenaje a su padre antes del partido                   Foto: GACETA

Aurelio Maroto

La Solana: Toni Huertas, Juli, Juande, Capelo, Michel, Jose López, Javi Núñez, Sancho, Inti, David Sancho y Almarcha. En la segunda parte salieron Araque, Colchón, Juanmi y Paco.

Pedroñeras: Juli, Herrera, Neme, Cabezuelo, Andrés, Moya, Rubén, Charco, Checa, Pedro y Juan Diego. En la reanudación salieron Edu, Juancar, Ángel y Óscar.

Árbitro: Monasor Blesa. Expulsó a los visitantes Juli, con roja directa, y Andrés, por doble amarilla. Además amonestó a los solaneros Juande, Capelo, Jose López, Juanmi y Almarcha.

Goles: 1-0 m.52 Capelo, de penalti.

Incidencias: Unos 300 espectadores en La Moheda. Minuto de silencio en memoria del ex-jugador solanero Antonio Manzano “Capelo”.

Comentario: La Solana sale poco a poco del barro, aunque a base de un enorme sufrimiento. Ayer, un Pedroñeras que terminó con 9 sobre el césped aguantó el suspense hasta el último suspiro. La culpa fue, principalmente, del apagón que los amarillos tienen cara a puerta. Con el 1-0 se fallaron ocasiones por doquier y el equipo anduvo precipitado, perdiendo una oportunidad única para haberse dado un festín.

         El partido comenzó con dominio local y en seguida llegó la primera ocasión con un cabezazo de David Sancho. Dos minutos más tarde, Capelo peinó una falta pero se encontró con un inspirado Juli. Sin embargo, el Pedroñeras se defendía bien, tirando la línea muy arriba, entorpeciendo mucho el tráfico en medio campo y sin renunciar a la contra. De hecho, Charco pudo marcar a los 26 minutos, pero su vaselina la escupió el travesaño.

         Todo comenzó a cambiar a los 28 minutos con la expulsión de Juli, muy clara tras despejar un balón de gol fuera del área. Con todo, Sepúlveda apretó a los suyos hasta el descanso y La Solana siguió sin encontrar espacios. Pero la cosa acabó de cambiar nada más volver de vestuarios. En el minuto 6 se produce el penalti que transformó Capelo. Con 1-0 y superioridad, los rojiblancos lo vieron muy negro, aunque La Solana les ayudó a creer en la hazaña. Las numerosas ocasiones falladas por los amarillos permitieron a los conquenses lanzarse de vez en cuando. Pero Toni Huertas estuvo muy seguro por arriba y los centrales no se complicaron. Al final, victoria sufrida pero merecida que sirve de bálsamo para que este equipo, que tan mal empezó, comience definidamente a escalar.