Imprimir 

Vendimia-Coo-9-2        

La uva está llegando en perfectas condiciones           Foto: GACETA

Aurelio Maroto

         “¿Cuánto corres?, según me aprieten”. Todos los refranes traban, y este explica a la perfección el cambio de tendencia en la venta de vino en La Mancha. El alto excedente producido por la caída en picado del consumo, y también por otros factores, ha obligado a abrir los ojos al sector y decidirse por fin a buscar nichos de venta en el exterior, ese mercado inmenso donde nuestros caldos tienen enormes posibilidades si se saben comercializar. “La exportación es clave y gracias a ella estamos tirando”, ha declarado Santiago Romero de Ávila, propietario de Bodegas Romero de Ávila Salcedo, cuyo vino marca Portento Tempranillo acaba de recibir un premio en Alemania.

         En una entrevista concedida a Radio Horizonte, el veterano bodeguero ha reconocido que la medalla de plata en el Certamen Internacional de Berlín supone un espaldarazo a su marca, que en los últimos meses también ha recibido varios premios de relevancia en certámenes nacionales y extranjeros “es el reconocimiento a un trabajo de mucho tiempo”. Agradecido por el compromiso de sus empleados “que se vuelcan con la empresa como si fuera suya”, Santiago Romero admite que estos galardones “son el carné de identidad de la bodega cuando negocias con un importador”. La bajada del consumo interno en la hostelería ha sido brutal y la exportación es clave “antes venía la administración a comprarnos el vino, y ahora le hemos visto las orejas al lobo”.

La salida al extranjero está tirando del carro, y ha logrado aumentar de manera sustancial la venta de los vinos manchegos con DO. En La Solana, la Cooperativa Santa Catalina, Bodegas Romero de Ávila Salcedo y Bodegas Vega Mara son paradigma de comercialización. Sin embargo, no es fácil vender fuera. Se trata de fidelizar al importador “hay que vender por calidad, no por precio”.

Entre tanto, la vendimia llega a su recta final, y lo hace con una merma en la cantidad de cosecha, pero con una calidad de fruto extraordinaria “nunca he visto una uva airén tan sana; parece que viene de regadío” –dice Santiago Romero-. La razón hay que buscarla en un invierno húmedo que ha reforzado las viñas, un mes de julio no excesivamente caluroso y un agosto cuyo calor fuerte ha llegado con la planta fuerte. El resultado ha sido “una uva en perfectas condiciones con 13 grados”.

Eso sí, el mildiu ha provocado que algunos agricultores hayan perdido una parte de su cosecha, que el bodeguero cifra entre un 20 y un 25 por ciento de media. Pero esta circunstancia no impedirá que su bodega aumente la molturación, incluso de manera considerable. Según declaró, espera superar en más de un 20 por ciento los 10,5 millones de kilos molidos del año pasado.

Usamos cookies para mejorar su experiencia en nuestra web. Más información en: Guía de uso de las cookies.

  Acepto el uso de las cookies en este sitio.