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Curso_formativo_en_Academia_Alhambra
Imagen de un curso formativa en el Centro de Formación Alhambra

         Aurelio Maroto

         No es oro todo lo que reluce. Las acciones formativas organizadas a través de las distintas administraciones son moneda común en los medios de comunicación y buque insignia de la clase política. Sin embargo, las academias privadas de formación no comulgan con la forma de actuar en esta materia. Algunos profesionales son contundentes en su apreciación “se está perdiendo el tiempo y el dinero”.

         Es el caso de Pedro Miguel Alhambra, propietario de un centro de formación en La Solana, acostumbrado a impartir cursos desde hace muchos años. Su opinión es muy crítica con el modo en que se organizan las acciones formativas oficiales en los últimos tiempos. El perfil del alumno con interés en formarse es el mismo que hace años “parten de una formación media y siguen haciéndolo en tanto encuentran trabajo”. El problema llega con el cambio de modelo “la oferta ha cambiado, hay menos dinero y se ofrecen cursos muy específicos para niveles concretos”.

Según Alhambra, antes había cursos de 800 o 900 horas para alumnos con estudios primarios o ESO “que tarde o temprano encontraban trabajo”. Ahora –añade- “con el mismo dinero, o menos, se quiere abarcar a mucha gente con cursos de 200 horas, y en dos meses puedes aprender algo de contabilidad, pero no para llevar las cuentas de una empresa”. Considera que con esta política formativa es equivocada “con esos cursos express no se inserta nadie”.

Un problema añadido tiene que ver con los requisitos exigidos “hoy cualquier curso te pide como mínimo un bachiller, dejando olvidada a mucha gente con estudios inferiores, EGB o ESO, que son quienes más lo necesitan”. Pedro Miguel Alhambra dice hablar con la autoridad que le da su experiencia y con datos “hace pocos años teníamos un 60 por ciento de inserción y ahora no pasa del 5 por ciento”. Es más, reveló que este año ha tenido dos llamadas de empresas solaneras buscando un determinado perfil, sin éxito “me puedo estrujar buscando una base datos sin encontrar a nadie bien formado en los últimos cinco años”.

Entre tanto, asegura que los funcionarios del Sepecam son plenamente conscientes de esta política equivocada “saben que el índice de inserción está por los suelos, pero se limitan a cumplir órdenes”. Alhambra, que afirma que todos sus compañeros de profesión opinan exactamente lo mismo, dice tener directrices claras para no pedir cursos de más de 200 o 400 horas, a lo sumo, “lo que buscan es que haya muchos alumnos para que salgan del paro; debe ser que la política sólo se mueve por cifras” –concluyó-.

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