
Algunos de los participantes en el último festival Foto: Alas de Papel
Aurelio Maroto
La Asociación “Alas de Papel” capea la crisis como puede. De momento, este verano cerrarán por primera vez la casa donde ofrecen terapia a los niños, síntoma inequívoco de que no hay liquidez. La tesorera, Pilar Crespo, calcula que las ayudas oficiales han bajado a la mitad, lo que hace inviable mantener el nivel de atención terapéutica que venían ofreciendo hasta ahora.
La situación de Alas de Papel no es original, ni mucho menos, ya que afecta a todos los estamentos. Pero esta asociación necesita los recursos para sostener el alquiler de la “Casita”, como llaman cariñosamente al edificio donde trabajan con los niños afectados, y pagar a los profesionales que organizan las clases de logopedia, informática y apoyo educativo.
Tres componentes de la Junta Directiva de la asociación han pasado por los micrófonos de Radio Horizonte para explicar el momento que atraviesan, justo después del X Festival de Bailes celebrado el pasado viernes. El tradicional evento supone un espaldarazo económico y la recaudación de este año ha ascendido a 4.100 euros, apenas doscientos menos que el año pasado. La presidenta, Cati Serrano, reconoce que ha sido una inyección importante “estamos muy contentos con el resultado del festival; no esperábamos tanto apoyo por el tema de la crisis”. Lograron vender casi 1.400 entradas al precio de 3 euros, y llenar la caseta municipal. La asociación está muy agradecida a Alfonsa Vinuesa, la encargada de organizar un espectáculo complejo “Alfonsa es el alma del festival; ella se encargó de organizar 38 bailes para más de 150 personas que salen a escena”.
Ese dinero es clave para abordar los gastos más importantes de la asociación, sobre todo el alquiler de la casa, que se lleva la mitad, y las clases de apoyo. El resto debe salir de las cuotas de los socios y, sobre todo, de las ayudas oficiales. Y es aquí donde ha actuado la tijera. La tesorera admite que las subvenciones llegan, pero muy recortadas “los proyectos grandes son rechazados y se quedan en la mitad, o menos”. En este sentido, Pilar Crespo asegura que la Junta “nos permite ajustar un proyecto de 6.000 euros a 3.000, pero la Diputación nos obliga a justificar los 6.000 aunque te de sólo 2.000”, cosa que no le parece lógica.
La reducción de ayudas afecta directamente a los niños, y el mejor ejemplo es el cierre de la casa este verano “en verano siempre trabajamos más por tenemos más chicos; el problema de cerrar en julio y agosto es que lo que progresan durante diez meses lo pierden en estos dos”. Incluso han pedido a los padres una cantidad adicional para mantener las clases de invierno.
En resumen, se trata de mirar el euro al milímetro para que la asociación pierda el menor grado de atención posible hacia sus niños afectados “es cuestión de administrar y priorizar” –dice la tesorera-. Pero, al final de todo, los padres dan por bueno el esfuerzo viendo a sus niños actuar en festivales como el del pasado viernes “se te saltan las lágrimas viendo que se sienten artistas por un día” –manifestó la vicepresidenta, Mari Carmen Luna-.