Luis Díaz-Cacho durante el mitin de cierre de campaña                                   Foto: GACETA
      
      Aurelio Maroto
     En el país de los ciegos, el tuerto es rey. Muchos opinan que ese célebre refrán es aplicable a La Solana, donde el PSOE ha logrado mantener su hegemonía, aunque sin la mayoría absoluta que disfrutaba desde 1983. Ese matiz es importante, sin duda, pero no evitará que vuelva a sentarse un alcalde socialista en la Corporación Municipal, a tenor de lo que ya han declarado los cabezas de lista.
     En realidad, el PSOE solanero ha resistido el tsunami del PP en Castilla-La Mancha y en España, al haber superado el 45% de los votos, casi 9 puntos más que los populares. Para entender por qué Luis Díaz-Cacho y sus correligionarios deben estar contentos sólo hay que asomarse a poblaciones cercanas como Manzanares o Membrilla, donde los socialistas pacerán en la oposición los próximos cuatro años.
     Especialmente significativo ha sido el vuelco en Manzanares, feudo histórico del socialista Pozas que ha pasado a manos del PP, y además por mayoría absoluta. En Membrilla, los populares recuperan de nuevo la alcaldía tras cuatro años a la sombra. Si viajamos a Daimiel, el cambio de signo también ha sido importante, con un triunfo sin paliativos del Partido Popular. Por no hablar de Bolaños, donde el PSOE ha recibido su mayor traspiés en términos proporcionales, pasando de 9 a 5 concejales, y el PP subiendo de 7 a 12. En Villarrubia también ha perdido la alcaldía el PSOE. 
     Además de La Solana, de poblaciones con más de 10.000 habitantes tan sólo se salvan de la quema Valdepeñas, Alcázar y Puertollano, aunque en estas dos últimas también pierde el PSOE la mayoría absoluta que tenía.