
MIni y Jose López intentan robar el balón en el partido de ayer Foto: Sebas Candelas
Aurelio Maroto
La Solana: Cobos, Juli, Juande, Araque, Pitu, José López, Javi Núñez, José Pedro, Míchel, Capelo y Almarcha. En la segunda parte entraron Rafa Cortés, José Carlos, Mini, Stiwi y Fran.
Bolañego: Alejandro, José Ángel, Yuri, Javier Palacios, Antonio, Juan Antonio, José Javier, Ernesto, Álvaro, Esaú y Jesús. En la reanudación jugaron Joaquín, Torres y Javier Pacheta.
Árbitro: Royo García. Expulsó con roja al visitante Torres, y amonestó al local Juande y a los verdiblancos Palacios y Juan Antonio.
Goles: 1-0 m.47 Jose López, a pase de Capelo.
1-1 m.49 Esaú desde dentro del área.
2-1 m.51 Pitu, de cabeza.
3-1 m.65 Juli, en la boca de gol.
4-1 m.77 José Carlos en jugada personal.
5-1 m.79 José Pedro, de libre directo.
Incidencias: Unos 150 espectadores en La Moheda en tarde gris.
Comentario: La Solana se ha apuntado al conformismo. Lleva varios encuentros sin chispa, síntoma inequívoco de que algo de motivación ha abandonado ese vestuario, sabedor de que su pelea por algo importante se esfumó hace tiempo. Al menos, es la sensación que el equipo transmite, a pesar de la “manita” de ayer al Bolañego. Los verdiblancos llegaron a La Moheda tan cargados de dignidad como hueros de fútbol. Son un equipo condenado y un club que vive su particular travesía por el desierto a la espera de tiempos mejores.
La Solana ganó por que tenía que ganar. La diferencia era abismal con su rival y el gol, los goles, tenían que llegar tarde o temprano. Pero la cosa tardó. El Bolañego se defendió bien cuarenta y cinco minutos y mantuvo a raya a los amarillos, incapaces de trenzar juego y con un punto de indolencia que desesperaba a Ángel Izquierdo en el banquillo. De hecho, hubo que esperar cuarenta minutos para encontrar la primera ocasión clara en una falta lateral de Capelo que escupió el travesaño. Después llegaría otra de Almarcha, y otra de Araque, pero no movieron el electrónico. Entre tanto, el Bolañego también había asomado ante Cobos con cuentagotas.
Tras un primer tiempo anodino, llegó un electrizante arranque del segundo tiempo. A los dos minutos, una salida de Juli termina en los pies de Capelo, que da el balón a Jose López para romper el empate. El Bolañego replicó en seguida con el empate y tuvo que ser un defensa, Pitu, quien pusiera el segundo con un precioso cabezazo parábola que sorprendió a Alejandro. Poco después llegó el tercero, obra de Juli, y el partido se terminó. Aún habría tiempo de hacer dos goles más, ambos excelentes, uno por la buena elaboración de José Carlos, y otro por la buena ejecución de José Pedro.