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     Los dirigentes amarillos también respiraron con el triunfo del sábado                       Foto: GACETA

      Aurelio Maroto

     Un solitario gol de Kiko en la segunda parte fue suficiente para mantener a raya al Alamín y amarrar tres puntos que saben a gloria para el FS La Solana. En el primer tiempo, el resultado había terminado con empate a dos y los amarillos supieron aguantar perfectamente en la reanudación y apuntarse un triunfo que permite seguir soñando con el milagro de la permanencia o, al menos, sirve para demostrar que este equipo quiere morir matando y exhibiendo su orgullo.
     La afición disfrutó y sufrió a partes iguales en el pabellón "Antonio Serrano". Se adelantaron los alcarreños, pero los nuestros se rehicieron y mantuvieron la tensión y la presión para acabar igualando la contienda. El segundo tiempo fue un querer y no poder de los visitantes, cada vez con más prisas, ante un equipo local bien organizado, con un Víctor muy seguro bajo los palos, y con velocidad en las transiciones hacia la portería contraria. En una de esas jugadas quedó un balón franco a los pies de Kiko, que coló el balón pegado a la cepa del poste para hacer el tercero. Quedaban más de tres minutos por delante y La Solana sudó para detener las embestidas del Alamín, pero el esfuerzo acabó mereciendo la pena.
     El próximo rival será el Calera y luego vendrá el Bargas. Estos dos partidos van a marcar el futuro definitivo de La Solana en la categoría. Hay que ganar los dos encuentros para mantenerse vivo y comenzar a pensar en una remontada verdadera. De lo contrario, será imposible seguir respirando en Nacional A.

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