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Mi primera vez

         Aurelio Maroto

         El teatro “Tomás Barrera” se rindió al humor gamberro, divertido y fresco de Mi primera vez, una comedia donde el sexo se convierte en el principal protagonista, pero de una manera desenfadada y nada obscena. El público, que había agotado las entradas una semana antes, disfrutó a base de carcajadas mientras los actores contaban en escena historias de pérdidas de virginidad, siempre basadas en hechos reales.

         Así es como transcurre Mi primera vez, un resumen de 40.000 historias que una página de Internet recogió entre otras tantas personas de Estados Unidos y España. Durante más de hora y media, el espectador se relaja y se ríe viendo como el sexo se desmitifica durante el relato de situaciones íntimas que, en realidad, son de lo más cotidiano, por muy rocambolescas que algunas puedan parecer.

         se divierten entre sí y divierten al público. Hacen monólogos, chistes, gestos, improvisan y, sobre todo, conectan con el patio de butacas desde la primera historia. En declaraciones previas a la prensa local, recordaron que su intención es puramente divertir “contando historias reales en la que siempre algún espectador se verá reflejado”. Aunque se habla de sexo y se utiliza un lenguaje coloquial, no se hace grosero ni mucho menos pornográfico. A pesar de que en varios lances de la obra se producen desnudos integrales de los dos actores, que no de las actrices, estos se hacen entre un juego de luces y una coreografía que lo hace parecer bastante normal. Para ellos “lo único que hacemos es romper el pudor que tenemos hacia el sexo pero de manera respetuosa, sin guarradas de ningún tipo”. El hecho de que allá donde actúan haya siempre llenos, es su mejor aval.

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