
Una de las ponencias en el debate sobre la almorta Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La almorta es una leguminosa con futuro en La Mancha. Esa fue una de las grandes conclusiones de la I Jornada Técnica de la Almorta, que ha reunido a expertos de media España, incluso del extranjero, para debatir sobre el ingrediente principal de la harina con la que se cocinan las gachas manchegas. La cita, impulsada por APAMHA, acrónimo de Asociación de Productores de Almorta y Molinos Harineros, con la ayuda de la Fundación Legado Bustillo y el apoyo del propio Ayuntamiento, ha constituido el primer foro de debate serio para impulsar su cultivo. La Solana aspira a ser el centro neurálgico de ese resurgir, mediante una nueva Denominación de Origen Protegida (DOP).
La jornada se celebró en el auditorio del Palacio Don Diego, con la presencia de profesores, investigadores, productores, incluso cocineros. Una de esas expertas fue Llanos Simón, responsable de la Sección de Mejora Vegetal del ITAP (Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete), organismo público dedicado a la investigación aplicada y la transferencia tecnológica al sector agropecuario. En declaraciones a la prensa, subrayó la excelente calidad nutricional de la almorta: “Es un cultivo con mucha fibra, mucha proteína, muy beneficioso para el intestino, aporta vitaminas y hidratos de carbono complejos”, explicó, destacando que “lo más importante es que nos aporta un 30 % de proteína vegetal, algo clave en la dieta actual”. Añadió que, aunque históricamente la almorta ha estado envuelta en leyendas de toxicidad —especialmente relacionadas con el latirismo en tiempos de posguerra—, “comerla dos o tres veces por semana está ya científicamente demostrado que no produce toxicidad en humanos”.

Imagen del auditorio durante la jornada técnica Foto: GACETA
Aporte medioambiental
Además de sus virtudes nutricionales, Simón puso en valor su aporte medioambiental: la almorta fija nitrógeno en el suelo, lo que mejora su fertilidad, y por eso está contemplada en los “ecoregímenes” de la PAC como un mejorante del suelo. Según Simón, este cultivo debe sacudirse la vieja imagen de tóxico: “Si se combina con una dieta variada, no hay problema, y puede volver a ocupar un lugar importante como producto local con gran potencial”.
Sobre su futuro en la agricultura manchega, Simón se mostró optimista. Cree que no basta destacar su uso tradicional en las gachas: “Los cocineros pueden abrirnos el camino”, resaltó. Expandir su consumo, añadió, es clave para que la almorta recupere protagonismo y se convierta en un producto que consumamos mucho más de lo que hacemos actualmente.