Interpretación de 'Va, pensiero', colofón de la gala benéfica Foto: GACETA
El teatro Tomás Barrera Saavedra vivió este sábado, 8 de noviembre, una de esas noches conmovedoras con la gala Un canto a la esperanza, un espectáculo coral de profundo sentido solidario a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Asociación Española contra el Cáncer de Mama Metastásico (AECMM) de La Solana. Organizada por el músico y barítono Andrés Sevilla, la cita reunió sobre el escenario a cuatro agrupaciones polifónicas de la provincia, además de reconocidos intérpretes invitados, en un emotivo recorrido por la música, la empatía y, por supuesto, la esperanza.
El periodista Aurelio Maroto ejerció de maestro de ceremonias. En su introducción, citó a Martin Luther King: “Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”. Esa frase sirvió de hilo conductor para una gala que, más allá de su indudable calidad artística, quiso poner voz a quienes luchan cada día contra la enfermedad. “Probablemente no podemos cambiar un diagnóstico, pero sí podemos aliviar el miedo, acompañar y ayudar en la lucha”, subrayó el presentador. En ese arranque, no faltó una cálida alusión a Antonio Serrano Montoya, director de la coral y rondalla del Centro de Mayores, que precisamente combate contra un cáncer. Ironías de la vida.

La coral Maestro Ibáñez abrió el recital Foto: GACETA
El grueso del programa reunió a cuatro formaciones de reconocido prestigio en el panorama musical de Ciudad Real: Maestro Ibáñez de Valdepeñas, Molto Vivacce de Daimiel, Mansil Nahar de Manzanares y la Coral del Conservatorio de Tomelloso. Todas participaron de manera altruista, unidas por la causa común de ayudar a través de la música.
La veterana coral Maestro Ibáñez, con 83 años de historia, abrió la velada bajo la batuta de Carmelo Navas, interpretando el delicado villancico renacentista De los álamos vengo, madre, el Coro de románticos de Doña Francisquita y el tema Te quiero, de Mario Benedetti y Alberto Favero. Su repertorio combinó raíces clásicas y emoción contemporánea, en una muestra de sensibilidad y maestría coral.

Original puesta en escena del coro Mansil Nahar Foto: GACETA
Le siguió la coral Molto Vivacce, dirigida por Jesús García-Consuegra, que ofreció una actuación variada y colorista. La habanera La nostalgia del mar, el conocido Cantares, de Serrat, y la seguidilla Las Tablas de Daimiel, sonaron con fuerza evocadora, conquistando al público con su frescura.Desde la vecina Manzanares llegó el coro Mansil Nahar, bajo la dirección de José Román Ruiz del Moral, conocido por sus cuidadas puestas en escena. Su intervención, un popurrícoral presentado con simpatía, vestuario alusivo y teatralidad, aportó dinamismo y un tono fresco que conectó totalmente con los espectadores.

Marieli Blanco dirige la coral del Conservatorio de Tomelloso Foto: GACETA
Por último, la Coral del Conservatorio de Tomelloso, dirigida por Marieli Blanco Cabezuelo, mujer muy querida en La Solana por su aportación a la compañía lírica de la ACAZ, llenó el escenario de técnica y expresividad. Interpretaron piezas populares como O voso galo comadre, El menú y la inmortal Guantanamera.
Entre la emoción y el reconocimiento
En el ecuador de la gala intervinieron las presidentas de las dos entidades beneficiarias: Lola Gallego (AECC) y María José Nieto (ACMM). Ambas agradecieron el apoyo ciudadano y destacaron la labor incansable de voluntarios, pacientes y familias. Recordaron que el dinero recaudado permitirá continuar con programas de acompañamiento, prevención y atención a personas afectadas. Por su parte, la alcaldesa Luisa Márquez, elogió la iniciativa de Andrés Sevilla, el compromiso de las corales participantes y el significado más profundo de este encuentro: “El cáncer no solo se combate con tratamientos médicos, se lucha cada día con amor, compañía y presencia constante de quienes rodean al paciente. Y eso en La Solana lo sabemos muy bien. Aquí nadie camina solo”, proclamó.

Lidya Moreno y Juli García durante sus fandandos de Huelva Foto: GACETA
Voces y talento local
El recital prosiguió con momentos estelares protagonizados por artistas solaneros. El guitarrista Juli García y la bailaora Lidia Moreno ofrecieron un brillante número con fandangos de Huelva, combinando técnica y duende en una coreografía de creación propia,mostrando un elegante ‘diálogo’ escénico que arrancó una fuerte ovación. Después, la mezzosoprano Carmela Cuevas y la soprano María Sevilla interpretaron la habanera Las mañanitas, de la ópera cómicaDon Gil de Alcalá, junto al coro tomellosero.

Cantando 'Cantinero de Cuba', con Andrés Sevilla y Pedro Reguillo en escena Foto: GACETA
El artífice de la gala, Andrés Sevilla, irrumpió a continuación en escena. Lo hizo junto a María Sevilla, Juli García, el trompetista Jesús Manuel García y Francisco Mateos-Aparicio “Cantina” al teclado. La grata sorpresa fue la aparición también de Pedro Reguillo, el músico solanero más universal, siempre sensible a iniciativas de esta naturaleza. Todos interpretaron Cantinero de Cuba, de Manuel Pareja Obregón, que sirvió de antesala al gran ‘traca final’.
Con Marieli Blanco al piano y Jesús García-Consuegra dirigiendo a todas las corales unidas, sonó el célebre Va, pensiero, de la verdiana ópera Nabucco. El público premió con una prolongada ovación ese canto colectivo que resumía el propósito de la gala: volar con el pensamiento hacia la esperanza. Cuando se apagaron las luces, quedó la sensación de haber asistido a algo más que un concierto. Un canto a la esperanza fue, sobre todo, un acto de humanidad y arte en complicidad, en el que La Solana volvió a demostrar que la música puede ser también una forma de abrazar la vida.