Una niña se asoma al habitáculo del piloto del Tigre                Foto: GACETA

    Aurelio Maroto

   El potencial de la aviación militar española se hizo presente este sábado en La Solana con la llegada de un helicóptero Tigre, perteneciente al Batallón de Helicópteros de Ataque (BHELA-1) con base en Almagro. La aeronave, punta de lanza del poder ofensivo –y disuasorio- de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), se posó sobre el campo de fútbol anexo de La Moheda para convertirse en el gran protagonista de la tarde. Era el preludio de la jura de bandera civil prevista para el día siguiente en la Plaza Mayor.

   Cientos de personas, entre ellas muchos niños, se acercaron para contemplar de cerca uno de los helicópteros militares más modernos y capaces del mundo. No faltaron fotografías, preguntas y rostros de asombro. Los militares desplazados se volcaron en responder a las cuestiones de curiosos de todas las edades, explicando desde la capacidad de vuelo hasta los sistemas de armamento.

 

Colas de gente para ver de cerca la aeronave                 Foto: GACETA

   El jefe del BHELA-1, teniente coronel Jorge Aguado, se mostró satisfecho por la cálida acogida. En declaraciones a Radio Horizonte, destacó la oportunidad de acercar la labor del Ejército a la ciudadanía. “Para nosotros es muy importante que la gente pueda ver de cerca lo que hacemos y con qué medios trabajamos. El Tigre es un helicóptero de última generación y nos enorgullece mostrarlo en un entorno civil como este”, afirmó. Aguado subrayó el valor divulgativo de estas exhibiciones. “Queremos que la sociedad conozca que detrás de cada aparato hay equipos humanos muy preparados y comprometidos con la defensa de todos”, indicó, antes de recalcar que la presencia en La Solana demuestra el vínculo entre el Ejército y la población manchega.

   Los más pequeños fueron, sin duda, los grandes protagonistas. Muchos pudieron subir a la cabina del helicóptero y hacerse fotos con los pilotos, mientras otros recorrían con la vista cada rincón del fuselaje, maravillados por su tamaño y sofisticación. A las 19,45 de la tarde, el Tigre agitó de nuevo sus aspas para emprender rumbo de vuelta a su base.