Los jugadores celebran el gol de Rodrigo Alves (9) contra el Herencia                   Foto: GACETA

       Aurelio Maroto

      Nadie frena al CF La Solana… de momento. El 21 de septiembre queda lejos, cuando aún era un equipo vulnerable y perdió su segundo partido consecutivo fuera de casa. Fue en San Clemente (2-1), y desde entonces la máquina amarilla no ha parado de sumar. De tener un punto en la tercera jornada, ha pasado a 33 en la decimoquinta, es decir, 31 puntos sobre 35 posibles, con un récord de 12 partidos sin perder, de los cuales 10 victorias. Ni siquiera el mismísimo líder ha sido capaz de seguir ese ritmo desde que, precisamente, derrotó a los de Julián Falcón. El resultado es que La Solana ha pasado de coquetear con el descenso a flirtear con el ascenso. Esa metamorfosis ha necesitado tiempo, aunque la realidad es que el equipo viene haciendo las cosas bien desde le jornada cinco, con aquel hat-trickde Rodrigo Alves en Tomelloso, que encendió el posquemador para subir como un cohete.

A falta de un partido para terminar el año –quedará uno más para cerrar la primera vuelta- el equipo es segundo en solitario, solo superado por un San Clemente colosal. Las sensaciones son realmente buenas, a pesar de que no haya partido sin aristas. El pasado sábado, La Solana fue menos reconocible que de costumbre en La Moheda. Sin entrar en lo infame de un césped natural al que solo le queda el nombre, el equipo anduvo espeso en el manejo del balón y le costó descifrar la tela de araña de un buen Herencia. Aun así, un gol de Rodrigo Alves fue suficiente para meter en el zurrón tres nuevos puntos.

El equipo se está mostrando inexpugnable en La Moheda                      Foto: GACETA

“Todavía no hemos perdido en La Moheda”, recordaba Julián Falcón al término del partido, en un claro intento de ponderar la dificultad de haber cedido solo dos empates. El técnico canario se siente cómodo en La Solana y sabe que la oportunidad la pintan calva. Tiene mimbres, tiene una afición detrás y tiene un plan de trabajo. Es consciente de que la liga es larga, que habrá semanas de dificultad, y que contar con una plantilla amplia siempre es un arma añadida. Aunque ha habido algunas lesiones (Josema, Prince, Ángel, Cristian, Tati, Micue…) no son de larga duración, excepto el capitán, y casi todos han vuelto o están cerca de hacerlo. Esto permite ‘jugar’ con los ciclos de tarjetas. Además, la llegada de jugadores como Iván Riveiro, Samu o Dani Ruiz ha elevado el nivel y permite ciertas licencias en este sentido.

La afición es un punto y aparte. Torció el gesto tras el titubeante arranque, pero ya en pretemporada veía cosas interesantes. Venía de un año durísimo, con un descenso doloroso, y no quería un nuevo desencanto. La junta directiva confió en un entrenador completamente desconocido, que construyó una plantilla completamente desconocida. Y en tiempo récord. Ahora, esa afición disfruta con lo que ve, se ha familiarizado con sus nuevos gladiadores y, por qué no decirlo, sueña otra vez.

Salvando las distancias temporales, este CF La Solana recuerda en algo al de la temporada 1988-1989, la del primer ascenso a Tercera División. Con Luis Carlos López al mando de una plantilla muy renovada y con bastantes jugadores desconocidos por estos lares (Mena, Rubén, Josito, Álvaro, Germán…), el inicio fue malo, con dos derrotas consecutivas (Fuente Álamo y Motilla). Pero después llegó una racha de 20 partidos sin perder y todo terminó en aquel histórico último partido en el campo del At. Albacete, con 700 solaneros en las gradas y un 0-3 inapelable que desató la locura.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero a menudo sirven de referencia. Y también de estímulo. Lo que pase al final de esta temporada es un completo enigma y es imposible adivinar cuánto pueda durar la racha, pero la impresión es que los cimientos están bien puestos para caminar sobre seguro. El romance con la imbatibilidad dura ya 12 partidos y el próximo domingo podría ser el 13. Mal día para los supersticiosos…