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-Las lágrimas de Juli reflejaban el momento tras empatar con el Tarancón

Las lágrimas de Juli definen el momento tras empatar y consumar el descenso

           Aurelio Maroto

        La afición de La Solana es un caso único, o casi. Su equipo acababa de descender a Regional Preferente y muchos seguidores se arremolinaron a la entrada a vestuarios para… ¡aplaudir a sus jugadores! En ese instante, llamaba la atención ver las lágrimas en el rostro de Juli, de David Sevilla, de Josema, de Raúl, de Diego Sevilla… emblemas de la casa. Estaban vacíos físicamente y rotos moralmente. Quién sabe si para algunos era sido el adiós definitivo. Y seguro que no querían despedirse así. Quién sabe, digo. La realidad es que había muchos hombros en los que llorar la decepción, uno de ellos el de Juan Carlos Pañalver, que había agorado sus lágrimas el día del Manchego. Es el azote de un nuevo descenso, que llega menos de un año después de la tarde de Alcázar. El destino quiso que la bota de Sergio Reyes cerrara aquel ascenso y haya cerrado este descenso.

          Sí, el CF La Solana es equipo de Regional Preferente, excepto un milagro y que otros hagan tu trabajo, que suele ser mal negocio. El empate de este domingo frente al Tarancón (2-2) fue la metáfora perfecta de una temporada siempre a remolque. Ni el 2-0 en el minuto 60 sirvió para mantener la puerta abierta. Un rival ya con el examen aprobado fue capaz de empatar con dos zarpazos que reflejaron un poco más qué clase de equipo ha sido La Solana en esta Tercera RFEF. “El partido ha definido nuestra temporada; nos ha costado muchísimo crear situaciones de área y hemos encajado con demasiada facilidad”, resumía Peñalver al término del choque. “Cuando hacemos lo más difícil de ponernos 2-0 y jugando con diez, en una mala decisión el Tarancón se mete en el partido y después llega el segundo”. “El aspecto anímico nos ha condicionado mucho en estos últimos partidos”.

El joven entrenador solanero había dado en el clavo. El CF La Solana no da para más. No este año. El equipo que la temporada pasada se paseó, ha hincado la rodilla en esta. Es la diferencia entre Regional Preferente y Tercera RFEF. Los rivales, en general, son mejores porque entrenan más y tienen mejores futbolistas, tan simple como eso. Solo la resiliencia y el amor propio han mantenido la llama encendida hasta el final. “En una liga con solo dieciséis equipos y una profesionalización tan alta hay cosas que necesitamos para competir; la exigencia de esta categoría te pide una vuelta de tuerca más”, reconoce. “Es difícil trabajar con muchos jugadores que llegan casi tarde a entrenar por su ocupación laboral, eso al final te condiciona”, aunque a continuación se apresura a recordar que “al equipo no se le puede pedir más”.

-Juan Carlos Peñalver consuela a un desolado Raúl

Juan Carlos Peñalver consuela a Raúl Delgado tras el partido

Otro tema es el desencuentro que por momentos ha habido en ese vestuario y el punto crítico que supuso la dimisión de Kiko Vilches. En cualquier caso, la sensación es que el resultado hubiera sido el mismo, o en el mejor de los casos una permanencia in extremis. O sea, La Solana estaba tan condenada a sufrir como lo estaban At. Tomelloso y Talavera B. Al final, tenían razón quienes al comienzo de la temporada vaticinaron los tres descensos con antelación. Es así de crudo.

Queda un partido. “Lo primero que tenemos que hacer es terminar la temporada dando la cara en Quintanar, porque defendemos un escudo, un pueblo y una afición que te aplaude hasta el final, y eso en pocos sitios sucede”, decía el míster. A la pregunta de cuáles son sus planes, dio la respuesta esperada: “Ahora necesito desconectar después de meses de mucha carga psicológica”. “A partir de ahí, es el club quien tiene que decidir qué quiere para el año que viene”.

Entre la tristeza por el descenso y los enigmas que pueda presentar el futuro, emergen algunas certezas positivas. Hay una afición detrás, hay un proyecto de escuela fantástico y hay una junta directiva que no piensa rendirse. Es decir, el CF La Solana es una entidad sólida. Se impone una reflexión y probablemente una profunda renovación en la primera plantilla. Pero la primera piedra del regreso ya se está poniendo. La Moheda lo merece.

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