Señorío del At. Tomelloso, que hizo el pasillo de campeón al CF La Solana
Aurelio Maroto
La fiesta estaba garantizada porque el objetivo estaba cumplido, pero quedaba saber si el pastel tendría guinda o guindilla; dependía de si los amarillos superaban a un At. Tomelloso que llegaba a La Moheda con aura de promoción de ascenso. Pues no hizo falta esperar mucho. Pronto se vio que, al contrario que el día del Almodóvar, nadie rompería el encanto.
Fue la tormenta perfecta. Por un lado, La Solana ejerció de campeón y empezó a exhibir su versión top desde el minuto uno, con un fútbol alegre, rápido y muy vertical. Por otro, el At. Tomelloso evidenció una gripado de motor impropio de un equipo que se jugaba media promoción a Tercera RFEF. Visto lo visto esta temporada, con lo primero hubiera sido suficiente, ya que el equipo de Kiko Vilches es imparable si está a su mejor nivel, pero a ello se unió un rival sin aparente espíritu de combate. Para muestra un botón: no hubo una sola tarjeta.
Espinosa sabrá por qué su equipo no presentó más batalla en La Moheda. Ni siquiera se echó de menos a gente como Monreal, Pirri, Sancho, Diego Sevilla, Almarcha, o David Sevilla, ausentes en la tarde del sábado. Kiko Vilches echó mano de su fondo de armario para que los suyos bailaran sobre una hierba por fin en unas condiciones decentes. No perfectas, pero sí decentes.
Fue una tarde de faena grande para jugadores como Raúl Delgado, inmenso en la zona de enganche, donde a él le gusta. Cuando encara en tres cuartos ve como nadie las rupturas a su alrededor, pero ni Reyes, ni Javi López, ni Cabriti anduvieron finos en varios mano a mano con Cano. El medio campo era un monólogo local, con Josema y Luque en plan mandón y muy poca exigencia visitante sobre la meta sobriamente defendida por el joven Luvi.
Juan -dcha- celebra el primero de sus dos goles
Parecía cuestión de tiempo y a la media hora se abrió el marcador. Juan cabeceó un saque de esquina para júbilo de los 700 espectadores reunidos en el coliseo amarillo. Y antes del descanso, mismo guión y protagonista para, quizás, liquidar el partido con mucha antelación. El todavía joven central -25 recién cumplidos- ya ejerce como uno de los jerarcas de la prolífica cantera amarilla.
Las dudas de si el Tomelloso sería otro en la reanudación se disiparon pronto. El aguacero de ocasiones arreció antes de que el cielo trajera el suyo. Reyes, Luque, Javi López y Ángel pudieron hacer el tercero mucho antes de que lo hiciera Cabriti, que anotó su undécimo gol en liga tras rematar a placer una perfecta asistencia de Reyes.
Un grup de animosos aficionados celebró el alirón amarillo... y también el blanco
El partido acabó con ese 3-0 y una afición coreando el ¡campeones, campeones! Antes del final, un grupo de animosos aficionados se pegaron al oído del míster para cantarle ¡Kiko, quédate! La comunión fue perfecta y la celebración se prolongó algún tiempo más a ritmo de música de DJ junto al bar principal del estadio. La expedición tomellosera se marchaba cabizbaja, ignorante aún de que el Manzanares les daría otro comodín al día siguiente. Mientras, la noche caída en La Moheda entre conversaciones que hablaban del éxito de una plantilla majestuosa construida y sostenida por apenas media docena de directivos. Sí, los milagros existen. Cuando se hacen las cosas bien, claro. ¿Del futuro? Puede que empiece a haber noticias más pronto que tarde.