Almarcha -con el brazo en alto- tras lograr el 1-0 de falta directa
Aurelio Maroto
El cielo aún debe esperar, aunque por una pura cuestión de números. Sólo las matemáticas separan al CF La Solana de un desenlace que parece inevitable: el ascenso directo a Tercera RFEF. La victoria de este domingo frente a La Fuente (3-1), unida a los empates del trío de perseguidores, ensancha todavía más la dictadura del líder, que podría cantar el alirón mucho antes de terminar la liga. De hecho, ya podría suceder el próximo fin de semana. Los amarillos tendrían que ganar en Las Pedroñeras y esperar a que Manzanares cayera en Carrión y el At. Tomelloso no ganara al Quintanar.
Son números, suposiciones y conjeturas, pero todo apunta a que el objetivo caerá por decantación más pronto que tarde. Pensar que La Solana pueda perder los seis partidos que quedan es quimérico. Eso, contando con que los demás ganen todo hasta el final. Kiko Vilches es el único que pone coto a tanta euforia, más por obligación que por convicción. “No voy a negar que son muchos puntos de diferencia, pero hasta el rabo todo es toro”. “En el fútbol he visto cosas muy raras, así que hasta que no esté certificado [el ascenso] este equipo no se va a dormir”.
Hizo estas declaraciones mientras el sol brillaba sobre la hierba de La Moheda. Atrás quedaba una victoria que hubo que sudar, no tanto por la tenacidad del rival, que también, como por el carrusel de bajas de los locales. Pirri, Reyes, Javi López, Juan, Sancho, Fran Marín y Mini estaban KO. Para colmo, Vilches decidió sentar a Monreal y hacer debutar bajo palos a Luvi. Quién dijo miedo. Así que manos a la obra, con De la Hoz en el eje central y varios juveniles en el banquillo. Más que nunca, el enorme fondo de armario –y la versatilidad- hizo acto de presencia.
Turno para Almarcha, el héroe del último ascenso. Con pocos minutos este año, salió para hacer algo muy simple: ser el hombre del partido. Y no solo por su golazo de libre directo en el minuto 19 (1-0), o por su deliciosa jugada que originó el tercero de Luque; Almarcha dirigió al equipo sin errar un solo pase en la zona de creación, anticipándose cuando era necesario y buscando la llegada en la media punta, que tanto le gusta. “Quizás he sido un poco injusto con él y ha habido semanas que se ha merecido jugar más”, reconocía el míster, que además destacaba su paciencia. “Jamás ha dicho una mala palabra y me gustaría que en adelante se vea al gran Jose Almarcha”, subrayó.
Y turno también para Samu, que cumplió muy bien en el lateral zurdo. Un poco más desdibujado anduvo Ángel, que tuvo menos feeling con el balón que de costumbre. Las gotas de calidad las ponía David Sevilla, a pesar de su empecinamiento con los amagos y las ruletas. Arriba, Cabriti y Luque intercambiaban rupturas ante un adversario bien posicionado, aunque con dificultades para detener las oleadas cuando los amarillos daban velocidad al balón. El viento y el césped, una tarde más, tampoco ayudaban al lucimiento. De la Hoz, en una gran anticipación de cabeza, puso el 2-0 a la media hora y dejó a La Fuente tocada.
Ángel intenta un control ante la oposición de varios contrarios
La segunda parte comenzó con aparente igualdad. Los de Rubén Chamero dieron un paso adelante, obligados por el electrónico. Pero la citada jugada de Almarcha, que terminó en el 3-0 de Luque, dejaba el partido aparentemente finiquitado. Acabó siendo así, mas todavía quedaban cosas por ver. Kiko Vilches se atrevió a desguarecer la defensa retirando a De la Hoz, primero, y a Bonilla después. Quería dar minutos a Raúl, y más tarde Ibrah. La Fuente se echó encima de La Solana y comenzó a acumular ocasiones. William acertó en el minuto 77 (3-1) y provocó un runrún en La Moheda. Muy poco después llegó una mano milagrosa de Luvi, que probablemente evitó el nudo en la garganta. Aún hubo tiempo para el debut de los juveniles Gregorio y Rubén Martín, que jugaron los últimos minutos, sin tiempo ya para más sobresaltos.
Alea jacta est: la suerte está echada. Es una pura cuestión de matemáticas.