Los jugadores saludan a la afición tras el partido Foto: GACETA
Gabriel Jaime
El Frutas Doña Ramoncita CB La Solana volvió a tropezar con su ‘bestia negra’ de los últimos años. El equipo llegaba en su mejor momento a la Copa Comunitelia, pero el Autocares Rodríguez Daimiel fue un escollo insalvable para el rodillo amarillo, que cayó en semifinales. Tras una primera parte para soñar, vino una segunda mitad para olvidar, con un pésimo tercer cuarto que lastró las aspiraciones de los nuestros. Se esfumó el primer anhelo de la temporada, pero todavía queda mucho en juego.
La Solana acudía a la cita copera de Cuenca con la vitola de imbatido esta temporada. Los de Micael Tolosa habían hecho pleno de victorias, con catorce triunfos consecutivos, en otros tantos encuentros. El torneo había levantado mucha expectación. Se daban cita los cuatro mejores conjuntos del momento en la máxima categoría regional senior de nuestro baloncesto masculino.
Mario entrando a canasta ante Elías Foto: GACETA
Solaneros y daimieleños reeditaban, en semifinales, la final disputada en La Moheda en el año 2020. Una final que se decidió con una canasta agónica. El título se volvió ‘blanco’ en el último segundo cuando los amarillos acariciaban la copa. La revancha estaba servida desde entonces. Numerosos ‘galanes’ y ‘galanas’ poblaron las gradas del Polideportivo El Sargal para animar a los suyos. La afición intentó llevar en volandas al equipo, recreando un ambiente que imitaba al del pabellón Antonio Serrano. Parecía que se jugaba en casa.
“No hemos sido nosotros”
El Frutas Doña Ramoncita tuvo altibajos en los dos primeros cuartos y una debacle en el tercero que fue determinante. Después de sendos parciales favorables (14-13) y (18-16), llegó el batacazo tras el descanso. La balanza se desequilibró con un 6-19 en el tercer cuarto que cambió el rumbo del partido, fraguando los pilares de una dolorosa derrota. El cuarto final fue testimonial. El equipo amarillo perdió su sitio en el campo y su identidad, jugando un baloncesto irreconocible. Así lo confesó el técnico, Micael Tolosa, al final del encuentro “en la segunda parte, no hemos sido nosotros, no hemos tenido la garra característica ni nuestro estilo de juego y ahí ha estado el fracaso”.
El entrenador explicando nuevas consignas a sus jugadores en un tiempo muerto Foto: GACETA
Tolosa subrayó hubo dos momentos claves: al final del segundo cuarto “pudimos irnos al descanso con una ventaja superior”, y al inicio del tercer cuarto “dejamos de jugar como sabemos”. En ese momento llegaron las pérdidas de balón, los ataques imprecisos, los nervios… El equipo no corrió como sabe, no movió el balón como en otras ocasiones y no fue agresivo, según señaló el entrenador. “No hemos entrado en el partido en la segunda parte”. Ahí terminó el sueño de la copa, pero la temporada sigue y habrá otras metas. “Esto no puede empañar el trabajo que estamos haciendo. Después de catorce victorias, debemos seguir igual y aprender de estos errores para una hipotética fase de play off”, apostilló.
La afición solanera, mucho más numerosa que la rival, animó al equipo en todo momento Foto: GACETA
Aprender de los errores, la temporada sigue
Darío Dondarza fue uno de los baluartes del equipo y uno de los destacados hasta que llegó la hecatombe. Al igual que el míster, entonaba el ‘mea culpa’ general. “En la segunda parte no hemos sabido hacer nuestro juego, y eso no se puede permitir ante un equipo de gran calidad como Daimiel; no hemos sido nosotros”. Una frase lapidaria resume todo “ha sido culpa nuestra”. A pesar del varapalo, no renuncian a nada. “Todavía queda mucha temporada y esto nos debe ayudar a jugar mejor en otras ocasiones concretas”.
El acierto de Darío mantuvo al equipo en la primera parte Foto: GACETA
El baloncesto les sigue debiendo una. Una copa, un título, un ascenso…El que sigue la consigue, y este equipo tiene los mimbres para hacer algo importante. Sólo tienen que ser fieles a su estilo y no perder nunca su identidad. El futuro es vuestro.