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Lágrimas

Los jugadores terminaron desolados tras el pitido final                    Foto: GACETA

Gabriel Jaime

El Frutas Doña Ramoncita CB La Solana no pudo cumplir su sueño. Tras una brillante temporada, con 17 victorias y sólo 3 derrotas, se quedó nuevamente en las puertas del ascenso a liga EBA. La juventud e ilusión de un equipo de cantera no fueron suficientes ante un potente CB Socuéllamos confeccionado a base de talonario y gente muy experimentada. La historia se volvió a repetir dos años después, aunque esta vez subiendo un escalón más al llegar a la mismísima final. Dicen que a la tercera, va la vencida.

Los solaneros no terminaron de encontrar su sitio en el partido, casi siempre a remolque y con una marcha menos que su rival. Después de un ocho a cero de inicio y tras varios minutos sin ver aro, llegó la reacción amarilla para ponerse un punto arriba en el primer cuarto. A partir de ahí, el CB La Solana no se sintió a gusto. El Socuéllamos tampoco se lo permitió. Los anfitriones se mostraron más sueltos y maniataron a los de Vitu, con la ventaja añadida de jugar ante su público.

Los amarillos querían y no podían. Las prisas para mantener una corta distancia en el electrónico, se tradujeron en imprecisiones. La vía rápida del triple, tampoco funcionó. Y muchos tiros libres no quisieron entrar. Mario, el MVP de la liga y gran bastión estuvo muy vigilado en todo momento ante una férrea defensa que no le dejó ni respirar. El adalid infanteño terminó literalmente hundido, machacado por sus rivales y emocionalmente desolado. Tenía la sensación de no haber hecho lo suficiente y su impotencia se convirtió en profundo llanto antes incluso del pitido final.

Afición

La afición solanera no paró de animar durante todo el partido                Foto: GACETA

No fueron las únicas lágrimas. Muchos jugadores saludaron a la afición entre sollozos tras el partido. Habían perdido una nueva oportunidad. Más de un centenar de solaneros y solaneras ovacionaron la bravura de los suyos, no sólo por la final, sino por la extraordinaria temporada y la constancia del equipo en todo este tiempo. La hinchada amarilla, sobresaliente y ejemplar. Las máximas autoridades locales, el alcalde Luís Díaz-Cacho y el primer teniente alcalde Eulalio Díaz-Cano, también estuvieron presentes en esta cita histórica. 

Vitu, el entrenador, también estaba visiblemente emocionado tras el choque. Con voz entrecortada, habló para la prensa local para recalcar el descomunal esfuerzo realizado hasta llegar a la final four en un año muy complicado. Reconoció la diferencia entre un equipo de jóvenes solaneros y de otros pueblos vecinos frente a un veterano conjunto elaborado por el poderoso ‘Don Dinero’. El técnico se mostró muy orgulloso de los suyos y del apoyo de la afición. Valoró el sentimiento de unión del equipo y lo que están consiguiendo con menos recursos que otros. Repetir una temporada similar será difícil, pero volverán a intentarlo.

Charla Vitu

Vitu dando las instrucciones a sus jugadores durante un tiempo muerto         Foto: GACETA

El presidente y jugador Alberto Obregón hablaba de sabor agridulce, aunque reconoció que esto sirve para seguir creciendo. Un proyecto que comenzó hace nueve años con Vitu en el banquillo y que ha desembocado en la construcción de una gran familia. Tiene mucho mérito lo que han hecho estos chicos y así lo subrayó, teniendo en cuenta la diferencia de presupuestos frente a los campeones. Un día antes, también vencieron a uno de los mejores conjuntos de Albacete capital.

Las dos últimas ‘Final Four’ para ascender a Liga EBA han tenido color amarillo. Entre medias, una copa que se esfumó en el último suspiro frente al Damiel. El CB La Solana se quedó otra vez con la miel en los labios. El trabajo ha sido soberbio pero falto de recompensa. La ilusión continúa intacta y el baloncesto les debe una. El que sigue la consigue.

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