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Sepulcro y Soledad de Santa Quiteria-2

 

Soledad del Sepulcro y Cristo Yacente en la ermita de Santa Quiteria

         Paulino Sánchez

El viernes de Dolores ha tenido este año en La Solana una motivación especial para las cofradías y hermandades de la localidad. Al no poder celebrarse las tradicionales procesiones, las imágenes que salen a las calles estos días han tenido un protagonismo distinto en el interior de los templos.

       En la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción, el antiguo convento trinitario, finalizó ese viernes el septenario que todas las tardes se ha oficiado a la Virgen de la Soledad de la cofradía de Jesús Rescatado, colocada en un lateral del altar mayor con su nuevo manto, siendo numerosos los fieles que visitaron el templo como es habitual todos los viernes del año en la visita al titular, aunque no se puede realizar la tradición de besar el pié a Jesús.

Soledad del Convento-1

 

Virgen de la Soledad del Convento en la parroquia trinitaria

      Por su parte la hermandad de la Vera Cruz y Virgen de la Esperanza adornó sus imágenes en el lugar de veneración de las mismas, la capilla del Cristo del Amor. Los devotos pudieron contemplar los pasos de Jesús orando en el Huerto, el Ecce Homo, conocido como el de la capilla colorá, Jesús con la cruz a cuestas y el Cirineo, el Cristo del Amor y la Dolorosa, así como las imágenes de la Virgen de la Esperanza y la de Los Campanillos, todas adornadas especialmente dentro de la capilla.

Vera Cruz Esperanza

 

Virgen de la Esperanza y Cristo del Amor, de la Vera Cruz, en su ermita

        Por su parte la hermandad de la Virgen de las Angustias, que por la situación de su ermita del Calvario tiene la imagen de la titular en la Iglesia de Santa María, adornó especialmente la imagen en el altar mayor de ese templo que la acoge.

Virgen Angustias-1

 

Virgen de las Angustias en la iglesia de Santa María

       En la ermita de Santa Quiteria se colocaron delante de un dosel las imágenes de Jesús Yacente del Sepulcro y la Virgen de la Soledad, así como la bandera que la hermandad sacaba en procesión antes de la guerra de 1936, mientras que la imagen de la Virgen tenía puesto el manto que le regalaron en los años cincuenta del pasado siglo. Junto a las imágenes se encontraba colocada una urna, en la que los devotos introducían las peticiones a la Virgen, que estarán colocadas debajo del manto de la imagen durante todo el año.

      En definitiva, un Viernes de Dolores muy diferente al del año pasado, pero también distinto al de cualquier Semana Santa, cuando las cofradías y hermandades preparan todo para las salidas a la calle en sus respectivas procesiones y este año se limitará a la veneración de las imágenes en los templos, aparte de los oficios religiosos, algo que el pasado año ni siquiera pudo celebrarse por los motivos de todos conocidos.

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