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  Copia de Casota brindis

José Araque brinda junto a familares, amigos y autoridades                                              Foto: GACETA

        Aurelio Maroto

Los solaneros ya han salido de dudas. No exageramos si decimos que había una gran expectación por ver concluida, y en marcha, la nueva obra del conocido empresario solanero José Araque Carrascosa. En plena Plaza Mayor, en hostelero, que por fin ha sido abierto al público. Y lo ha hecho en tiempo récord.

El pasado uno de agosto sólo había una honda excavación donde hoy se yerguen dos plantas sótano, con garajes y una sala de catas, una planta baja con restaurante, cocina, cafetería y tienda de productos gourmet, una primera planta con un hotel de diez habitaciones, y la segunda para vivienda particular. El nombre del complejo, La Casota, como la empresa quesera que regenta con tanto éxito desde hace dos décadas. La inversión total, según el propio Araque, asciende a 3 millones de euros. Ha creado 9 puestos de trabajo directos, de momento.

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Vista panorámica del a tienda-cafetería                                                                 Foto: GACETA

La apertura oficial se celebró en la misma tienda-cafetería. El párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey, bendijo las instalaciones. En declaraciones a la prensa, José Araque admitió que le parecía imposible haber terminado a tiempo, “en agosto aquí sólo había un barranco”. No sin dificultades relacionadas con los permisos legales y con los problemas inherentes en el día a día de una obra de esta enjundia, logró su objetivo de abrir antes de Navidad. Por dos razones, según el propio Araque, “una subvención que acababa el 31 de diciembre y aprovechar la campaña navideña”.

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Vitrina de vinos en la cafetería-tienda gourmet                                                Foto: GACETA

Ahora se trata de darle vida. Preguntado por los riesgos de una inversión así, lo tiene claro, “le veo posibilidades a este negocio en La Solana”. La elección de su pueblo no es casual. Reconoce que primero pensó en hacer un hotel en Membrilla, en la casa donde guarda el queso Marantona, su buque insignia. Pero pronto pensó en la conveniencia de hacerlo en La Solana, donde ya había adquirido la Casa de los Pollos, junto a la plaza. El anterior alcalde también intervino, “Diego [García-Abadillo] me insistió que el hotel tenía que hacerlo en La Solana. Y no me lo pensé más”.

Sabe que la apuesta es fuerte. Tres millones no son ninguna broma. Pero siente el convencimiento de que los solaneros responderán, “conozco mi pueblo, siempre me ha respondido y estoy seguro de que confiará en este proyecto”. Disfruta como propietario, pero también como solanero de a pie, “dotamos a nuestro pueblo de algo que no tenía, novedoso y poco visto; quiero que todos los solaneros disfruten de esto”.

El apoyo de su familia también ha resultado clave. José Araque afirma que ha sido incondicional, entre otras cosas porque conocen su forma de ser, “saben que soy terco y de ideas fijas, tengo que darle las gracias porque han luchado conmigo codo a codo y eso te ayuda a asumir estos retos”.

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Los cocineros en plena faena                       Foto: GACETA

Desde el punto de vista comercial, cree que el nuevo complejo es un ejemplo de modernidad y buen gusto. Se ha hecho mucho en relativamente poco solar. En la primera planta se sitúa la boutique de productos gourmet y la cafetería-bar. Un espacio con apariencia diáfana concebido como tienda y lugar de ocio y alterne a la vez. En un lateral se sitúa la barra, al otro el mostrador de la tienda con los productos gourmet, jamones, embutidos, conservas, quesos… y en el fondo contrario a los ventanales que dan a la plaza, una gran vitrina con una gran selección de vinos de varias DO, incluida por supuesto “La Mancha”. En el centro, dos tableros a modo de mesas, “queremos que sea un lugar de tapeo, donde la gente podrá pedir sus raciones y elegir su vino a precio de tienda, pagando un descorche”. Asegura que ofrecerán una gran relación calidad-precio, tanto en la tienda-cafetería como en el restaurante, un coqueto comedor para 35 comensales, con la cocina visible, que por cierto ya tiene un alto número de reservas.

El hotel se abrirá en los próximos días. Tiene diez habitaciones, la mayor parte dobles y dos suites. Según dijo, es un hotel fresco, muy actual, totalmente nuevo. “Tiene tres estrellas pero bien podría ser de cuatro, sin dificultad”.

José Araque no ocultó su satisfacción por haber llegado hasta aquí. Hostelería La Casota es un hito más en la trayectoria de una empresa familiar que comenzó de la nada. “Yo soy pastor y por media España me conocen así; siempre llevo a mi pueblo por bandera, para eso soy un poco papista, lo reconozco”. Ahora es el público quien tiene la palabra”.

El alcalde no faltó a la cita, atendiendo así la invitación personal de José Araque. Elogió su iniciativa, que calificó de “muy importante como proyecto empresarial y de inversión para el municipio”. Luis Díaz-Cacho recordó que esta obra culmina el Plan Director de la Plaza Mayor y su entorno, “faltaba esta esquina, y además con un proyecto valiente y vanguardista en el corazón de La Solana”. Admite que la apuesta es arriesgada en un contexto como el actual, pero felicitó a José y a su familia por haber entendido que la crisis también puede ser una oportunidad.

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