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 Copia de La Solana-Tomelloso-3

La falta de gol está condenando a los amarillos en las últimas jornadas                                Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         Adiós a la promoción y, tal vez, al sueño del ascenso. No era una prioridad, ni mucho menos, pero sí una posibilidad que alimentaba la ilusión. La derrota de ayer en Daimiel frena en seco las escasas opciones que había de alcanzar al segundo clasificado y cambia los planes amarillos, que ahora deberán pelear por el tercer puesto, una posición tremendamente digna que, de lograrse, seguiría siendo un premio importante al trabajo de esta temporada.

         En Daimiel volvió a quedar clara una cosa: La Solana ha perdido el olfato goleador. No es excusa la ausencia de Pitu, que llevaba tiempo sin marcar, y sí la pérdida de capacidad general de ver puerta general del equipo de Juan de Lara. Tuvo sus ocasiones en una primera parte netamente visitante. Pero ni Capelo, ni Tore, ni David Sevilla anduvieron finos en las oportunidades que gozaron. Los daimieleños se fueron vivos al descanso y en la reanudación cambiaron las cosas. La gran diferencia fue el acierto final de los locales en los últimos diez minutos, con dos goles que acabaron con cualquier esperanza solanera. Para colmo, el segundo tanto permite al Daimiel garantizarse el golaverage particular en caso de empate a puntos.

Por cierto, lo más notable del encuentro, por su trascendencia real, fue el homenaje tributado al entrenador daimieleño, Santi, viejo jugador amarillo que ha dejado el banquillo de su pueblo por razones de salud. Desde La Solana, una vez más, deseamos al bueno de Santi una rápida y feliz recuperación.

El CF La Solana necesita con urgencia una victoria. Hace falta para recuperar aliento en la clasificación y, fundamentalmente, para llenar el recipiente anímico del equipo, ahora vacío. Es inútil esconder que los jugadores no están compitiendo bien desde hace un mes. Les cuesta mucho hilvanar juego, y no digamos encontrar la red enemiga. Los datos, una vez más, son lapidarios: dos goles en cinco partidos, de los cuales tres en La Moheda. Lo que es lo mismo, dos puntos de quince posibles. Para un equipo que marchaba tercero es un bagaje muy pobre.

Pero debemos seguir confiando en la capacidad de esta plantilla, que tan buenas tardes ha ofrecido a su parroquia esta temporada. La mejor manera de recuperar el color de cara es ganar el próximo domingo al Almagro. Los encajeros llegarán a La Moheda en su mejor momento de la liga, hasta el punto que comienzan a ver cerca el tercer puesto. Será otro duelo provincial de altura. Otro examen para comprobar si la depresión amarilla tiene terapia o es incurable. Veremos.

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