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      Aurelio Maroto
     Comenzó la vista oral por el caso del empresario solanero Santos Reguillo, acusado de un presunto delito de apropiación indebida cuando era presidente de la Asociación de Artesanos de Ciudad Real. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acogió esta primera jornada en la que el acusado negó categóricamente haberse quedado con 103.000 euros de la asociación que presidió entre los años 1999 y 2002. Sin embargo, el fiscal pide cinco años de cárcel para Reguillo y la acusación particular, que eleva esa cantidad hasta los 250.000 euros, solicita medio año más de prisión.

     Según publica el diario Lanza en una información firmada por José María Izquierdo, el ex-presidente de los artesanos negó que hubiera falsificado la firma del tesorero en los talones con los que normalmente se pagaban a proveedores, y dijo no recordar si las firmas para mover el dinero eran mancomunadas entre ambos. Reguillo admitió que cobraba trabajos para la asociación, pero que no desvió dinero a sus cuentas propias al margen de esas remuneraciones.

     El tesorero, Juan José Carrión, declaró que las firmas eran mancomunadas y que firmó algunos cheques durante el primer año de mandato de Reguillo, cuando las cosas funcionaban normalmente. Después -añadió- se empezó a dejar de recibir la documentación de la caja en las oficinas de la asociación hasta que fue derivada a un apartado de Correos. También declaró la presidenta que sustituyó al acusado, y dijo que Reguilla no facilitaba los datos sobre la situación de la asociación.

     El juicio se reanudará el próximo martes y está previsto que declaren peritos caligráficos de la Policía Nacional.

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