Una jugada del partido ante el Miguelturreño

Aurelio Maroto

La Solana: Cobos, Juli, Juande, Araque (Mini m.65), Pitu, Jose López, José Carlos, José Pedro (Almarcha m.78), Fran (Colchón m.84), Javi Núñez (Rafa Cortés m.78) y Míchel.

Miguelturreño: Álvaro, Ríos, Paco, Luján, Chocano (Cristian m.80), Dani, Jaime, Moya (Ivanchu m.66), Fran (Tabú m.62), Yoni y Buda.

Árbitro: Calvo San Higinio. Amonestó a los locales Araque y José Carlos, y al ayudante Juan de Lara, y a los visitantes Chocano y Buda, expulsado.

Goles: 1-0 m.7 Michel remata a placer un rechace de Álvaro.

2-0 m.77 Pitu culmina de vaselina una jugada personal.

Incidencias: Tarde fresca y al final lluviosa en La Moheda. Unos 150 espectadores. Césped en aceptables condiciones.

Comentario: La Solana ganó por que fue más efectiva, pero no por que superase claramente a su rival. El Miguelturreño creó suficientes ocasiones para haber marcado, como mínimo, algún gol, pero su falta de pegada explicó su peligrosa clasificación. Los locales, faltos de motivación ante una campaña deportivamente finiquitada, amarraron los tres puntos gracias, fundamentalmente, a dos chispazos. El primero de Fran, que culminó Míchel, y el segundo de Pitu, que se marcó un jugadón para embellecer el partido con un gran gol, y de paso arruinar cualquier esperanza churriega.

Lo demás fue un toma y daca sin clase futbolística. Ambos equipos rivalizaron en errores y se entregaron el balón constantemente. Eso sí, la poca consistencia defensiva permitió ver muchas ocasiones que animaron la tarde. El Miguelturreño estrelló dos balones en el travesaño en la primera parte, mientras La Solana marcó un gol y gozó de otras dos ocasiones muy claras en las botas de Michel y José Pedro.

El segundo tiempo fue una calcomanía, con la diferencia de que los visitantes creyeron más en sus posibilidades y apretaron en busca del empate. Entre tanto, a La Solana le costaba crear en la zona ancha y cedía demasiados espacios. La solución de balones largos a Fran era lo más fácil en ausencia de elaboración. Ni siquiera la expulsión de Buda despejó el camino a los amarillos, bastante atascados, aunque el Miguelturreño también perdió capacidad creativa y, por tanto, presencia arriba. Hasta que llegó Pitu, que en la primera parte ya había avisado con una gran jugada personal, y se marcó una delicatesen para liquidar el partido.