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Aurelio Maroto

Como el jugador de cartas en racha o como el delantero al que le entra todo. Así está La Solana estos días: tocada por una varita mágica, por una Diosa Fortuna que no levanta su mano de nuestra ciudad. El pasado 28 de noviembre la ONCE repartió 125.000 euros, el 22 de diciembre cayeron casi 25 millones de euros en la Lotería de Navidad y, como quiera que no hay dos sin tres, la nochebuena dejó otros 125.000 euros en otro juego de azar llamado "Euromillones". 
La persona agraciada no se conoce públicamente, al menos de momento, pero sí sabemos que validó su boleto en el estanco de Eduarda Romero de Ávila, en la calle Cruz de Hierro. Es un premio de tercera categoría (cinco aciertos) de los que sólo se han validado dos en toda España, el otro en una localidad de La Coruña. Cada uno recibirá exactamente 125.388 euros. Por cierto, en toda Europa ha aparecido un acertante de primera categoría en Bélgica, que se embolsará la friolera de 19.106.757 euros.
A partir de ahora comenzará a trabajar el morbo, ese que hará especular y escudriñar para intentar conocer quién ha sido el agraciado o agraciada. Resulta curioso que tras el sorteo del pasado miércoles no se produjo tal morbo. Le suerte pellizcó a tanta gente que llevar uno o varios décimos se convirtió en algo absolutamente normal, casi consuetudinario. No falta quien cree que en La Solana más bien hay que preguntar a quien no le ha tocado la lotería. En verdad, rara es la familia que no ha "enganchado" algo, y el "Euromillones" ha puesto la guinda al pastel... de momento.

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