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      Aurelio Maroto
     Un gol en la última jugada del partido, minuto 94, dejó al CF La Solana con una cara digna de ver. Es difícil perder de peor manera y ante un rival más débil. Pues ocurrió el sábado en Bolaños, donde los amarillos su indolencia cuando salen de La Moheda, demostrando ser un equipo ramplón y poco sacrificado. Sin embargo, el equipo de Ángel Izquierdo tiene una coartada perfecta para justificar tal desastre, ya que diez minutos antes el árbitro había anulado un gol a Fran por presunto fuera de juego. Era el 0-1 y el auxiliar levantó el banderín de manera ridícula. No era fuera de juego por que Fran arrancó claramente por detrás de los defensas y, para más inri, el linier señaló el fuera de juego mucho después de que el volante amarillo hubiera avanzado con el balón en los pies, hasta el punto de que celebraron el gol casi antes de ver el banderín en alto. Es fácil imaginar la impotencia y el enojo de la expedición solanera. Pero es menos comprensible que, acto seguido, Rafa Cortés fallara un mano a mano con el nervioso portero local y que después se encajara un gol de circo al saque de una falta. Antes, hubo 90 minutos para hacer un gol a un equipo voluntarioso, peleón, pero sin más argumentos que correr y correr. Y, claro, si no equilibras esa virtud, la calidad se hace muy pequeña y lo acabas pagando. Así fue, sin más, como La Solana perdió un partido que debió traerse para casa. Desde luego, en enfado por el gol anulado no debe tapar las debilidades del equipo cada vez que lo sacan de La Moheda.  

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