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      Aurelio Maroto
     Pedro Antonio regresó de China con sentimientos ambivalentes. De un lado, queda una maravillosa experiencia y un 49º puesto que no es nada malo si tenemos en cuenta que estaban los mejores del planeta. De otro, subyace la sensación de que lo pudo hacer mucho mejor si el maldito estómago no le hubiera impedido comer y dormir mejor. El caso es que el atleta solanero volvió a España con una muesca más en su ya brillante curriculum y sabedor de que el fondo le puede dar todavía muchas alegrías. En realidad, su asalto a las grandes pruebas kilométricas no ha hecho más que comenzar.

     El sábado, Pedro Antonio Santos-Olmo se vació en el mundial de Media Maratón, celebrado en la ciudad de Nanning, al sudeste de China. Había preparado la carrera con el metodismo que le caracteriza, adaptando al máximo su alimentación, el entrenamiento y el descanso. El caso es que el martes aterrizó con buen ánimo y durmió muy bien la primera noche. Pero todo se complicó a partir del día siguiente. El arroz no le sentaba bien, la digestión era mala y apenas podía conciliar el sueño. Mal alimentado y poco hidradato tuvo que afrontar el mundial.

     Por lo menos, el circuito era cómodo y la organización óptima "era un trazado llano y nunca he visto una organización tan perfecta". Le llamó la atención el lugar "Nanning es una ciudad hecha en apenas diez años, con avenidas anchísimas e interminables; la recta de llegada tenía dos kilómetros". Pero no pudo disfrutar de ese circuito, a pesar de que los grandes favoritos, los africanos, salieron a ritmo, sin grandes tirones. Pedro Antonio no encontró sensaciones en ningún momento "simplemente no iba; me sentía pesado y el cuerpo no me respondía".

     Con todo, logró terminar con un crono de 1h. 7' 24", que le otorgó la cuadragésimo novena posición final, tercero del combinado español, que acabó siendo el segundo mejor europeo tras Francia. El registro es dos minutos y medio peor que el logrado hace apenas tres semanas en el Campeonato de España, cuando fue subcampeón, y tres minutos más alto que su récord personal en la distancia, que obtuvo en Azcoitia-Azpeitia "si llego a estar bien podía haberme metido entre los veinte primeros". Quedar más arriba es utópico habida cuenta de la enorme superioridad de los atletas africanos, en especial los keniatas.

       Ahora, Pedro Antonio está descansando, aunque muy pronto volverá a entrenar, acumulando kilómetros de manera paulatina. Hasta el mes que viene no volverá a competir, ya en la temporada de cross. Su preparación tendrá como objetivo recuperar el pico bueno de forma hacia diciembre, no antes, pero tampoco después. Tras la campaña de campo a través llegará la pista, aunque en su mente ya está marcada a fuego una palabra: maratón.

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