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Paulino Sánchez

  El joven sacerdote José Luis Merino, uno de los tres que fueron ordenados el pasado mes de marzo por el Obispo de Ciudad Real, se hará cargo de la parroquia de Fuencaliente, en la zona del Valle de Alcudia, el próximo 19 de septiembre donde trabajará junto a otros sacerdotes como “párroco in sólidum” de la zona, dejando La Solana donde en el último año ha trabajado primero como diácono y luego como sacerdote.

   Precisamente José Luis Merino era uno de los componentes del nuevo equipo sacerdotal que se hacía cargo de las parroquias solaneras en septiembre de 2009, tras el cambio realizado por el Obispo y ha sido testigo de los cambios que se han empezado a realizar en la Iglesia Católica solanera.

   En su segunda permanencia en La Solana, ya que hace años estuvo trabajando como seminarista con los sacerdotes de la localidad, ha trabajado de dos formas diferentes. Lo hizo primero como diácono hasta su ordenación en marzo. Luego el trabajo que ha realizado ha sido como sacerdote. Por otro lado, ha ejercido como profesor de religión en uno de los institutos de la localidad, en el Modesto Navarro. Una experiencia nueva para él, pero que considera muy positiva.

   En declaraciones a Radio Horizonte, José Luis Merino analiza este año de trabajo en La Solana señalando que la realidad de la localidad es muy diferente de la de otras poblaciones que conocía, por un lado a la de su pueblo natal, Villahermosa, así como la de la vecina Membrilla donde  estuvo realizando pastoral el año anterior "La Solana tiene una realidad totalmente diferente a esas poblaciones".  Su llegada a la Iglesia Católica solanera se producía en un momento de profundos cambios en las parroquias, con nuevos equipos sacerdotales. Agradecía a los sacerdotes con los que ha compartido este primer año de experiencia sacerdotal, sobre todo los párrocos Benjamín Rey y Manuel Infante, su apoyo en los primeros meses de su ministerio.

    Sobre las parroquias de La Solana señalaba que los cambios se van a notar poco a poco. Los sacerdotes que tomaron posesión el año anterior venían de una realidad diferente y necesitan ir dándole un nuevo enfoque a la Iglesia solanera, modelándola poco a poco, destacando el trabajo que realizan las personas que están comprometidas en el trabajo en las parroquias.

    En cuanto a su traslado y pese al poco tiempo que ha permanecido en La Solana, señalaba Merino que los sacerdotes siempre tienen que estar disponibles en los que les indique su superior, en este caso el Obispo.

  Y sobre su nuevo destino, del que tomará posesión el 19 de septiembre, señala que es una experiencia nueva en una zona totalmente diferente al trabajo realizado en el último año en La Solana. Pero reconoce que el trabajo allí debe ser llevado por sacerdotes jóvenes, ya que hay que trabajar en muchos pueblos y hacer muchos kilómetros, siendo un trabajo que llevarán conjuntamente varios sacerdotes por lo que está ilusionado en esa nueva etapa.

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