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La Solana ahonda su crisis con una derrota de chiste

El entrenador, Paco Fuentes, en la cuerda floja

Aurelio Maroto

La Solana: Gabi Moreno, Mini, Jesús David, Luján, Ígor Ferreira, Jose López, Capelo, José Carlos, Rafa Cortés, Néstor y Naranjo. En la segunda parte salieron Óscar, Alberto López y Kikillo.

Villarrubia: Orozco, Cruz, Diego, Chorros, Iván, Ismael, Pepe, Javi, Carlos Ruiz, Chini y David.

En la reanudación salieron Sergio, Dieguito, Chucho y Vera.

Árbitro: Ruiz Moya. Un manirroto de las tarjetas. Mostró una docena de amarillas y una roja directa. Festival de pito absolutamente exagerado en un partido que no lo necesitaba. No es poco que acertó en las jugadas clave, caso del penalti de Mini sobre Pepe y la roja directa a Kikillo. También expulsó por doble amarilla a Ismael.

Goles: 1-0 m.17 Néstor remata un centro pasado de Rafa Cortés.

1-1          m.21 Javi, de penalti.

1-2          m.71 Luján, en propia meta.

Incidencias: Tarde gris pero agradable en La Moheda. Buena entrada, con unos 500 espectadores y 1.800 euros de recaudación. Césped natural algo irregular.

Comentario: Un gol de chiste a los 71 minutos de partido puso el epílogo a la crónica de una honda depresión, esa que desde hace dos meses sufre el CF La Solana. Gabi Moreno debió dormir muy mal anoche. El meta solanero, salvador tantas veces en los aún frescos años de Tercera División, está viviendo una pesadilla difícil de describir. Lo de ayer fue el colmo de las desdichas, y le tocó a él.

Pero su desgracia no es individual ni esconde las miserias de un equipo en plena caída. La Solana lleva tiempo dando una sensación taciturna y escasa alma en el campo. Los primeros síntomas los dio hace tiempo, incluso cuando todavía ganaba. La diferencia es que ahora pierde y en apenas cuatro jornadas ha dilapidado la enorme distancia que tenía, por ejemplo, con su rival de ayer, el Villarrubia. Es imposible que perder en las últimas cuatro jornadas el triple de partidos que en las 22 anteriores sea casual. Naturalmente, no lo es. Responde a una crisis que ya es imposible esconder.

El hecho de que fuera el mismo rival quien rompiera una imbatilidad en casa que ya duraba 17 meses es pura anécdota. La Solana demostró que no carbura y eso es lo preocupante. Ni siquiera el madrugador gol de Néstor a los 17 minutos sirvió de acicate. El mejor ejemplo fue el claro e innecesario penalti de Mini sólo cuatro minutos después que repuso las tablas en el electrónico. El Villarrubia, que nunca se descompuso, aumentó así el nerviosismo del equipo amarillo, incapaz de gobernar el partido ante un rival que se limitó a mantener el orden táctico y a presionar en bloque para mantener a raya a su rival y esperar paciente su momento. Con todo, José Carlos pudo hacer el segundo a los 39 minutos, pero Orozco anduvo ágil para sacar una gran manopla y evitarlo.

Paco Fuentes maniobró en el descanso, a sabiendas de que su equipo no tenía el control. Quiso arreglarlo sacrificando a Naranjo para dar espacio en la media punta a Néstor, el único que parecía capaz de crear peligro en jugadas de conducción. Se equivocó. Naranjo estaba ofreciendo pelea y desahogando a Rafa Cortés en su lucha con los centrales. Su sustituto, Alberto López, es un futbolista mucho más frío que el valdepeñero y que no ha aportado nada desde que llegó. El resultado fue que el equipo perdió aún más mordiente arriba, máxime cuando Capelo tampoco anduvo nada fino por el otro costado. Sin bandas, Cortés bajaba una y otra vez para ayudar a Néstor y José Carlos se esforzaba en pisar la línea de tres cuartos para tener más presencia arriba.

A todo esto, el Villarrubia jugaba desde el minuto 7 sin su capitán Ismael, expulsado por doble amarilla. Tan sólo hubo una conexión digna de reseñar entre Néstor y José Carlos, que Orozco desvió lo justo en el mano a mano. Era el minuto 18 y, a partir de ahí, ya no habría más noticias de La Solana en ataque, sobre todo tras el circense autogol de Luján.

Los últimos minutos fueron un querer y no poder que desesperó a una afición que alzó su voz cuando el tarjetero Ruiz Moya pitó el final. Nunca hasta ayer los aficionados habían expresado de tal manera su enfado con jugadores y técnico en su entrada a vestuarios.

Ultimátum a Paco Fuentes

Nada más acabar el partido, la Junta Directiva con el presidente a la cabeza se reunió de urgencia con Paco Fuentes. Se le pidieron explicaciones por las últimas derrotas y se preguntó al técnico valdepeñero si se sentía con fuerzas para reconducir la situación. Está claro que se trata, en el mejor de los casos, de un ultimátum. Desde ayer, Paco Fuentes está en la cuerda floja. La directiva asegura que no han pensado en la destitución, pero la realidad es distinta. Podría ser fulminado si no gana el próximo domingo en Villamalea.

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