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     Los actos vandálicos continúan. Este fin de semana, los gamberros se han cebado con la estatua del sembrador, una de las figuras que forman el monumento a Federico Romero, recientemente trasladado al jardín de Santa Ana. El domingo por la mañana el sembrador yacía tumbado en el suelo con los pies literalmente arrancados de su base a la altura de los tobillos.
     No es la primera vez que este monumento es blanco de la ira de los gamberros callejeros. Cuando se encontraba en el Pozo Nuevo, las figuras fueron pintadas en varias ocasiones, y la pasada Nochebuena también se vertió sobre ellas pintura, ya en su nueva ubicación de Santa Ana.

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