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-El San Clemente también pescó en La Moheda

                    La Solana volvió a naufragar en casa y no sale de su depresión           Foto: GACETA

      Aurelio Maroto

    Era la tarde perfecta para confirmar la redención, pero acabó siendo un vía crucis en toda regla. El CF La Solana naufragó en el momento menos oportuno y ante el rival menos esperado. Un aseado San Clemente se limitó a defender con orden y a entorpecer las intentonas locales. Xisco Pires hizo el resto.

     El 0-1 congeló La Moheda, cuya hinchada acudió con otra cara al partido. La llegada de José Antonio Fernández al banquillo y el último triunfo en Albacete habían sacudido algunos fantasmas, pero se vio que no habían sido todos. La Solana recetó una mala primera parte y una aceptable segunda, con momentos de más empuje, el problema es que la portería contraria tiene un cerrojo inexpugnable desde hace tres meses. Y claro, si cuando parece que lo vas a romper dejas el tuyo abierto, pues pasa lo que pasa.

     La crónica del partido se resume en eso, un querer y no poder. O no saber. La película comenzó a parecerse demasiado a las cinco anteriores nada más empezar el choque. Y eso que el nuevo técnico quiere tener un poco más el balón, hacer una propuesta más futbolística. Pero el equipo se perdía en rondas de pases horizontales, y cuando Tete o Álex Martínez encontraban la ruptura en velocidad, casi siempre aparecían los centrales clementinos, en especial Mamadou, para frenar cualquier intentona. Faltaba corazón. Tan solo Josemi recetó un par de piruetas, no sin riesgo, para intentar dar sentido al juego escalonado del equipo, aunque sin balones claros para encarar en tres cuartos, donde Maxi Laso sigue sin encontrar su jerarquía y Madalin, más metido al centro, tampoco lograba conectar buenos pases. El San Clemente apenas tuvo presencia en ataque, pero el balance ofensivo de La Solana se limitó a una buena acción de Álex con un disparo envenenado que rozó la escuadra visitante, y otro zapatazo intencionado de Tete que tampoco encontró portería. Poca cosa.

     En la reanudación mejoró La Solana. José Antonio Fernández sorprendió retrasando a Maxi como pivote en detrimento de Josema y metió al debutante Ali Radjar como delantero centro. La apuesta salió bien a tenor del cambio de decorado. Maxi entró más en juego, el equipo comenzó a combinar mejor en corto y tanto Dani Jodar como Tati Maldonado percutieron más por ambos costados. Madalin tuvo el gol en un mano a mano franco que terminó en nada, y Dani Jodar también pudo marcar en otra clarísima ocasión que sacó un defensa bajo los palos. El equipo apretaba y la afición lo agradecía. Hasta que llegó esa fatídica falta lateral, muy lejos de la portería y sin peligro aparente. Pero Xisco se confió, dejó entrar el balón, y con él entraron los demonios que parecían dormidos. Ni siquiera la fortuna ayudó en la última jugada del partido, en otra conexión Tete-Álex que sacó Adri López sobre la línea.

-José Antonio Fernández debutó con mal pie en La Moheda

José Antonio Fernández, en el partido de su debut en La Moheda         Foto: GACETA

El fútbol como sentimiento

     Había que ver las caras de jugadores, cuerpo técnico y directivos. También de los aficionados. Era pura incredulidad. José Antonio Fernández compareció en la sala de prensa junto a su ayudante, Vicente Martín-Albo. “Es un resultado duro, desagradable y que nos deja anímicamente tocados; no lo esperábamos porque las sensaciones estaban siendo muy buenas en los entrenamientos y sobre todo después de la victoria en Albacdete”. “No hay que dramatizar, hay que levantar la cabeza, no caer en depresiones ni cosas por estilo y trabajar”. “No merece la pena hablar de lo que pasó porque no se puede arreglar y hay que pensar ya en el siguiente partido”.

Habló de la necesidad de mejorar la plantilla en el mercado de invierno porque es corta, aunque admite que no cree mucho en milagros a estas alturas de la temporada. Insiste en que la clave es que el equipo no pierda la confianza y esperar a que aparezca alguna oportunidad como la de Ali Radjel, que sí considera que ha sido un buen refuerzo. 

“La afición está sufriendo y si hay que pedirles perdón pues se lo pedimos”. “Me duele todo esto porque el fútbol es un sentimiento; ese socio, ese aficionado, ese niño que siente este escudo merecen un respeto importante; la afición está ahí, apoya, anima y somos nosotros los que tenemos que darles más porque no le estamos dando prácticamente nada”. “No hay que agachar la cabeza, respetar el escudo e intentar seguir trabajando, aunque suene a tópico; lo preocupante sería que la gente bajara la cabeza o que el vestuario se rompa; yo veo al equipo unido, a la gente metida, el trabajo semanal es fenomenal, pero es verdad que los resultados son decepcionantes”.

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