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La ciudad

-Kiko Vilches

Kiko Vilches, en la sala de prensa de La Moheda

           Aurelio Maroto

         Aún se ‘oía’ la sangre caliente por el 0-3 en La Moheda. Un golpe duro, de difícil digestión, fruto de un partido donde el rival fue simplemente mejor que un CF La Solana incapaz de leerlo, ni táctica ni mentalmente. En medio de esa depresión, emergió el Kiko Vilches más auténtico. Ese que nunca deja indiferente a nadie y que, generalmente, dice verdades como puños. Verdades aderezadas, eso sí, con una jerga tan callejera como locuaz. Tan primitiva como universal.

         Fue a cuenta del caso Ginaid Aruna. Mientras el chaval asiste como convidado de piedra a su propio drama, la situación se enquista cada día un poco más y no parece tener fin. El técnico amarillo no se calló ante la pregunta obligada de los periodistas. “No sé si alguno debía encadenarse en la puerta de la Federación [Española], a ver si el funcionario espabila”. “Aquí todos nos hacemos muchas fotos, en las redes somos muy guapitos, pero llega la hora de trabajar y me voy a tomar el café”.

           Se puede decir más fuerte, pero no más claro. Vilches cree que es una cuestión de desidia, de falta de interés y de dejación de funciones para algo que considera capital: defender a los clubes modestos. Ya no cree que sea culpa de la federación de Ghana, sino de la española. “No podemos pavonearnos y darnos paseítos por toda la Tercera División cuando hay un problema de un club que no sabemos cómo solucionarlo”. “En la federación de Castilla-La Mancha nos dan muy buenas palabras y el funcionariado de la española notas cuando los llamas y te quieren colgar echando leches”. Llegados a este punto, Vilches tiene una sospecha: “Yo creo que ni lo han movido”. “Es que no han hecho nada”.

         En este sentido, explica que el club ya tiene la carta de libertad de su club de procedencia, que han traducido desde el inglés, amén de un carrusel de correos electrónicos, llamadas telefónicas y trámites administrativos por parte de la directiva. “No es de recibo que haya clubes que les den los transfer en dos semanas y nosotros llevemos casi dos meses”. “No sé si tiene algo que ver las comidas, el colegueo y esas tonterías, pero para un club como el nuestro es algo frustrante”. “Ya no me creo que sea el que está en Ghana con el abanico, no; es el nuestro, el de la española, el que falla”.

         La realidad es que Ginaid lleva en La Solana desde el 29 de agosto. Ese mismo día se incorporó a los entrenamientos y jugó unos minutos en el último amistoso previo a la temporada, el día 31 en Miguelturra. Desde entonces, el delantero centro africano solo puede entrenar, esperar, y desesperarse. Como desesperado está el club que le ha acogido con todo el cariño del mundo. Kiko Vilches insiste en que es su hombre para apuntalar el ataque del equipo y que difícilmente encontrará algo mejor a estas alturas en el mercado. Pero nada es eterno y este culebrón puede estar dando sus últimas bocanadas. Salvo milagro, el CF La Solana podría zanjar el asunto en breve. Y no como quisiera, por supuesto.

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