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Said en una acción del partido contra el Huracán en La Moheda

       Aurelio Maroto

El CF La Solana afronta la fase decisiva de esta atípica liga con sensaciones ambivalentes. Por un lado, siente el agua al cuello por una clasificación comprometida; por otro, la trayectoria es claramente ascendente tras lograr 10 puntos de los últimos 18 posibles, incluidas tres victorias. En esta ‘resurrección’ tienen su cuota de culpa los fichajes de invierno, especialmente Ángel Luis y Said Ougri, cuyos goles ya dan triunfos. El villacañero firmó el 0-1 en Ciudad Real y el marroquí abrió la lata del 2-0 del domingo pasado ante el Almagro.

           “He vuelto para ayudar, sumar goles y contribuir a que el equipo salga de ahí y consiga su objetivo”, ha declarado Said a la emisora municipal, Radio Horizonte. El delantero de Tetuán, de 25 años, regresó a La Moheda en el mercado invernal tras haber vestido la amarilla durante tres meses la temporada pasada y después de una fugaz aventura en el fútbol italiano. El domingo no iba a jugar. Un fuerte dolor abdominal tras el entreno del jueves le dejó doblado. “Fui a urgencias, me pincharon y aunque me dolía estaba loco por jugar este partido”. Kiko Vilches convocó a su ariete casi como figura decorativa, aunque al final acabó siendo decisivo. Sustituyó a Luque, lesionado, en la segunda parte y pocos minutos después clavó el 1-0. “Gracias al míster que llevaba toda la semana diciéndome que estuviera en el área porque me iba a caer alguna y Raúl me puso un caramelo en la cabeza”. “La mejor medicina fue el gol y los tres puntos”, ironizó.

Mantener el ritmo

            Said se siente a gusto en un vestuario que ya conocía. Cree que hay plantilla suficiente para lograr la permanencia, el único objetivo en este momento, y que la victoria frente al Almagro fue clave. “Son tres puntos importantísimos que nos van a servir de mucho para afrontar los entrenamientos y los próximos partidos con mucha más confianza”. “Hay que seguir a este ritmo”, insistió. Es consciente de su rol y la afición confía en sus goles. Sin embargo, en su mente solo hay una palabra: ayudar. “Si no llegan los goles, al menos queda trabajar, luchar, defender y dejarte la piel en el campo”.

Queda mucho por delante y no será fácil. La Solana jugará este sábado un partido con sabor a final en Casas Ibáñez (17 h), ante un rival directo. Todos los equipos de abajo están apretando, en uno y otro grupo, porque nadie quiere quedarse ‘cortado’ antes de tiempo. La trayectoria de los amarillos se ha enderezado mucho desde la llegada de Kiko Vilches y de la pequeña reestructuración de la plantilla. Pero el desafío sigue siendo formidable si tenemos en cuenta la gran cantidad de equipos que caerán a Preferente.

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