María José Díaz-Cano, gerente de 'Viajes Polmar', no augura un buen invierno para el turismo           Foto: GACETA

           Javier Ruiz

De “triste y desastroso” califica el sector del turismo y agencias de viajes el verano 2020. Una campaña inusual y jamás vista debido a la pandemia vivida en el mundo, con prácticamente cero reservas en viajes internacionales y bajada espectacular en los nacionales. La gerente de ‘Viajes Polmar’ en La Solana, María José Díaz-Cano, hace un balance de la temporada estival destacando el notable descenso en las reservas de hoteles y costa, nulas reservas en viajes a otros países, y algo de interés por el turismo rural. En invierno, así como los viajes del Imserso que ya han sido aplazados para otoño del año que viene, las perspectivas no son nada halagüeñas, “y sólo queda esperar que en 2021 tengamos vacuna contra el Covid, la ciudadanía pierda el miedo y se anime a viajar”.

Los clientes que han salido a pasar unos días de vacaciones, regresaron contentos y comprobaron que las medidas de seguridad se cumplían a rajatabla en los hoteles, “aunque en líneas generales el miedo ha estado patente y ha sido poca gente la que ha salido a viajar”, dice la gerente, que informa que han sido varias las reservas que se realizaron a lo largo de la temporada, pero finalmente “por miedo”, fueron canceladas. Hubo muchas reservas que se efectuaron en invierno, antes del confinamiento, con la finalidad de obtener mejores condiciones cara al verano, “pues de esas, prácticamente todas, se anularon”.

Las principales peticiones y miedos que manifestaban los clientes a la hora de reservar alguna estancia eran seguridad y tranquilidad en el destino, algo que estaba resuelto, pues los propios hoteles se prepararon para la situación. Referente a la ocupación, algunos hoteles llegaron al 50%, sobre todo en fin de semana, cifra que bajaba notablemente durante la semana, situándose en el 25 y 30 %. Además, en algunas zonas incluso se han encontrado establecimientos que han mantenido cerrado “ya que no les compensaba abrir en esas condiciones”, manifiesta Díaz-Cano.

Por el contrario, el interés por el turismo rural se ha incrementado con respecto a otras temporadas. El motivo no es otro, que buscar unas instalaciones independientes “que al parecer dan más seguridad entre la ciudadanía, sin necesidad de tener que compartir estancias comunes como en los hoteles”, informa la gerente, con piscina y zonas de descanso propias. En cuanto a los viajes habituales organizados desde la agencia de Polmar, con transporte, hotel y pensión incluida, Díaz-Cano informa que este año se han intentado organizar pero ha sido imposible, pues las condiciones del estado de alarma lo han impedido. Lo mismo ocurre con destinos internacionales, que debido a las restricciones y cuarentenas impuestas por países, ha sido imposible realizar reservas a esos destinos. Por tanto, las ventas en este campo han sido de “cero”, y en viajes de novios, lo mismo, ya que muchas bodas han pospuesto para el próximo año.

El invierno se presenta un tanto desalentador

En cuanto al otoño-invierno, “la situación no se presenta mejor. Hasta que no tengamos la fiabilidad y vacuna, el turismo no se va a mover”, añade Díaz-Cano. El Imserso, que ya debería estar dando sus pasos, está a día de totalmente paralizado, pues ha sido aplazado para otoño del próximo año, y aunque se especuló con bajar la edad para permitir viajar a más personas “el miedo sigue ahí, y más cuando los mayores son los más vulnerables”. Por tanto, la única posibilidad de esta vía es que vuelva en 2021, pues para este año está muy difícil.

Para finalizar, María José Díaz-Cano, espera que se ayude al sector del turismo, una de las principales fuentes de ingreso de nuestro país. Si no se tiene algún tipo de ayuda “esto va a ser imposible soportarlo, ya que hay implicados agencias, hoteles o compañías de transporte, entre otros”. Esperanzada, Díaz-Cano, espera que 2021 venga mejor “y que todos pongamos de nuestra parte para cuidarnos”, concluye la responsable de ‘Viajes Polmar’.