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Ofrenda floral niños-2 - copia

Dos niños vestidos de manchegos frente a la Patrona                                                   Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

Da igual que fuera bajo techo o que cayeran chuzos de punta. La ofrenda floral a la Virgen de Peñarroya no se vio resentida por las circunstancias adversas de un año tan extraño, al que se añadió una tarde bastante desapacible. Aunque la imagen no pudo salir al pórtico ni hubo fiesta en la Plaza Mayor, el viernes, a las 5 en punto, se abrió la parroquia de Santa Catalina para iniciar el carrusel de entrega de ramos de flores a los pies de la Patrona de La Solana, que lucía brillante en su carroza junto al coro en del templo.

         Un total de cinco caballetes estaban preparados para el depósito de las flores, que desde por la mañana ya fueron llegando, incluso durante los días previos. Pero el grueso de ofrendas se produjo a lo largo de toda la tarde, con la ayuda de los directivos de la cofradía, atentos para orientar y ajustar la colocación de los ramos.

Ofrenda floral gente

      El goteo de gente fue constante, muchos acompañados por niñas y niños ataviados con el típico traje manchego. Es una costumbre que crece a medida que pasan los años y llama la atención verlos de la mano de sus padres, o de sus abuelos, algunos de muy corta edad como un bebé de sólo mes y medio de vida. Casi todos querían inmortalizar el momento haciéndose una foto frente a la imagen mariana. La ofrenda se detuvo a la hora de la misa, para continuar después.

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