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Terrazas plaza

Terrazas hosteleras en la Plaza Mayor de La Solana                                                                         Foto: GACETA

             Aurelio Maroto

            “Vivimos esta situación como todo el mundo, con preocupación y sin saber qué va a pasar y cuánto va a durar”. Son palabras de Goyo Arroyo, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hosteleros de La Solana, cuyo sector echó el cierre hace casi tres semanas y no vislumbra el final. Perdida la campaña de Semana Santa y también las comuniones, confían en salvar al menos la temporada de verano. No les queda otra.

En una entrevista concedida a Radio Horizonte, Arroyo ha asegurado que existe preocupación e incertidumbre a partes iguales. La hostelería vivía un momento óptimo en La Solana, sobre todo tras un 2019 “muy bueno”, como reconocía él mismo. Pero todo se ha ido al traste. Ahora, cada hostelero afronta el problema y sobrevive según sus circunstancias particulares. “Hablamos de forma habitual entre los socios y sólo pensamos en hacer piña”, declara el vicepresidente. “Hay mucha gente que tiene el problema del alquiler o la luz, además hemos tenido que pagar la cuota de autónomos de marzo”, lamenta.

            En este sentido, es rotundo ante las últimas medidas del Gobierno, hechas públicas este martes. “Son insuficientes”, sentencia. Ven con buenos ojos el aplazamiento de las cuotas entre mayo y julio, aunque cree que al final será lo mismo. “Si no pagamos hoy pero lo pagamos mañana, qué ayuda tenemos entonces”, se pregunta. “El problema sigue ahí”. Los hosteleros exigen una prestación por cese de actividad, “igual que al resto de sectores se les está ayudando, nosotros pedimos que también nos ayuden”.

Perder la Semana Santa y las comuniones es un varapalo importante. “Esperas esas campañas igual que un agricultor espera sus cosechas”. Sin esos beneficios, no saben cómo podrán subsistir. Dentro de los perjuicios ya provocados, al menos confían en abrochar el verano. “Tenemos fe en que sea así, porque de lo contrario no sé cómo vamos a poder seguir”. Y para después del verano, se habla de recuperar ambas celebraciones, sin la garantía de que sea lo mismo, pero sí podría ayudar a minimizar los daños. “Bienvenido sea el aplazamiento, hablaremos con los clientes que ya teníamos contratados y a ver si por lo menos podemos celebrar las comuniones, aunque sea más tarde”.

            El vicepresidente de los hosteleros solaneros no tiene constancia de ERTES en el sector, al menos todavía, aunque no los descarta. “Si esto sigue así mucho tiempo es posible que alguien lo solicite”. Con todo, aboga por aguantar “lo máximo posible, entre otras cosas porque tenemos nuestro negocio montado y no sabemos hacer otra cosa”. “Entre todos intentaremos apoyarnos para no tener que cerrar”. Apelando al optimismo dentro del drama que viven, terminaba con un mensaje de ánimo y haciendo un dicho muy popular: “el bicho que no te mata, te hace más fuerte”.

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