El monitor de pintura, Roberto Infantes, en una de las clases                                            Foto: GACETA

           Aurelio Maroto                 

La Universidad Popular de La Solana ultima su próximo ciclo de cursos y talleres para la primavera. Un amplio carrusel de propuestas que acoge a cientos de alumnos y alumnas, y que está en pleno proceso de matriculación. Radio Horizonte se ha dado una vuelta por algunos de esos talleres, donde el aprendizaje se une a la convivencia y al ocio bien aprovechado.

Roberto Infantes acaba de ponerse al mando del curso de pintura, uno de los grandes veteranos de la UP solanera. “Con los nuevos alumnos usamos las técnicas secas, a base de lápices acuarelables y dibujando bodegones y cosas así”. Poco a poco, el alumno va mejorando su pericia delante del caballete hasta comenzar con las técnicas húmedas, como tintas, bolígrafos, óleos o acrílicos. El monitor tiene aprendices más bisoños y otros con más experiencia de cursos precedentes. Se adapta a todos los niveles con una enseñanza personalizada, aunque intentando introducir nuevas tendencias.

Uno de los objetivos es, naturalmente, desarrollar sus técnicas de dibujo para llegar a pintar, pero también ocupar su ocio en algo útil. “Intento crear un clima de compañerismo para que la gente disfrute mientras aprende”. Infantes anima a aquellos que deseen experimentar con el pincel. Todavía quedan plazas para los rezagados. “La pintura tiene que gustarte y tener ese gusanillo, pero en este curso se trata de desarrollar tu creatividad mientras charlamos y pasamos un buen rato; de eso se trata”.

Eloisa Notario sigue un año más al frente de azulejería y restauración. Alrededor de una quincena de alumnos en arte decorativo y otros tantos en azulejería, donde pronto comenzará el segundo ciclo y para el que aún hay tiempo de matricularse. Un año más, la asistencia es enteramente femenina en arte decorativo, “es un sector al que todavía no han llegado los hombres, no sé por qué se asustan y no se atreven a venir”. En azulejería sí hay un par de hombres, aunque ellas también ganan por goleada.

 

El taller de restauración permite la reparación de mesitas de noche y otros muebles                  Foto: GACETA

Al margen de sexos, la realidad es que ambos talleres permiten impulsar la creatividad y ofrecen un oasis de entretenimiento. Si a ello le unimos la rehabilitación de determinados enseres caseros, pues mucho mejor. “Hay cosas que hacemos nuevas, como siluetas o cuadros, pero a otras les damos una segunda oportunidad”. En cuanto a gustos, Eloisa Notario se adapta a los gustos de cada cual. Últimamente está de moda pintar latas, aunque no falta la típica reparación de mesitas de noche, sillitas de niño y otros pequeños muebles que permanecían arrinconados en casa.

La monitora procura tener todo el material a punto y usar lo que se tiene, reutilizando casi todo, sin perjuicio de que haya que comprar algo si hace falta. Lo que más valora es el hecho de tener un taller totalmente montado a disposición de cualquiera, por ejemplo en azulejería. “Tenemos nuestros hornos, nuestros esmaltes, nuestros azulejos y nuestros pinceles, cosa que no pueden decir todas las universidades populares”. “Hago un llamamiento para aprovechar los medios que tenemos, recordando que no hace falta ninguna preparación previa. Se puede empezar desde cero”.