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Ninas con móvil en clase

El uso del móvil está prohibido en las aulas por regla general aunque también puede ser una útil herramienta en algunos casos

Gabriel Jaime

El teléfono móvil se ha convertido en una parte prolongada de nuestro organismo. Podemos salir de casa sin dinero o sin documentación, pero nunca sin esa pequeña computadora que por un lado nos une y por otro nos aísla de la misma manera. Algunos piensan que no podrían vivir sin el móvil, especialmente los jóvenes, y ahí está el debate. ¿Deben llevar el teléfono a clase?

Hemos hablado con el jefe de estudios del IES Modesto Navarro, Eladio Maleno, sobre este asunto y la respuesta ha sido algo ambigua. Por un lado, el uso del móvil está totalmente prohibido en las aulas y especialmente en los primeros cursos de secundaria. Pero también se puede utilizar, como algo excepcional y bajo la autorización del profesor, en algunas clases para trabajos específicos con aplicaciones muy prácticas.

Maleno reconoce que no hace falta el teléfono móvil para ir a clase. Otra cosa es que los alumnos lo lleven y lo utilicen en los recreos, lo que también depende de la decisión de sus padres. El docente lamentó la estampa que se encuentra a diario cuando ve a grupos de jóvenes con sus maquinitas sin dirigirse la palabra, sin mirarse, sin interactuar, sin contarse directamente sus cosas. Este panorama muestra que se está perdiendo el lenguaje oral y la comunicación directa, sentenció.

Alumnos IES Modesto Navarro

Una circunstancia que llega a su punto fuerte con las redes sociales. Los alumnos a esas edades son muy sensibles y se toman muy a pecho cualquier mensaje, dijo el jefe de estudios. Una frase o comentario escrito se puede interpretar de muchas maneras, por lo que Maleno apela al diálogo para hablar y aclarar cualquier cosa que pueda dar origen a algún problema. A pesar de la ausencia de incidentes, el profesor señaló que la mayoría vienen derivadas del uso del móvil, recalcando que los jóvenes no saben todo el potencial que tienen esos aparatos y que pueden hacer mucho daño con ellos.

Cuando sorprenden a un alumno utilizando el móvil en clase, se requisa el aparato y se avisan a sus padres para que lo recojan. Ese es el protocolo, aunque reconoció que suelen ser casos aislados. Sobre si debe haber legislación al respecto, como en Francia por ejemplo, no supo pronunciarse aunque dijo que antes debe abogarse por un gran pacto educativo donde se sienten los docentes y las familias para hablar de lo que realmente necesitan los alumnos.

Finalmente apeló a que los padres hablen más con sus hijos porque ellos reproducen lo que ven en casa. Recomendó un uso racionado del teléfono móvil, con límites y siempre observando todo lo que hacen.

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