Panorámica de la concentración de este miércoles
Aurelio Maroto
Fue un silencio atronador. El oxÃmoron ocurrió este miércoles en la Plaza Mayor de La Solana, coincidiendo con la concentración silenciosa en apoyo a Ucrania. La guerra está a 3.500 kilómetros de distancia, pero el corazón de los solaneros linda con el de los ucranianos. Fueron cinco minutos de silencio absoluto, de reflexión sobre las imágenes que todos hemos visto, y seguimos viendo a diario, donde la muerte y la destrucción campan a sus anchas en el paÃs eslavo. Los ciudadanos concentrados, no muchos, estaban encabezados por el alcalde, Eulalio DÃaz-Cano, y por un grupo de alumnos del colegio San Luis Gonzaga. Son ellos, los niños, quienes menos comprenden lo que está sucediendo, pero su presencia evocó muchas cosas. Flameaban banderas amarillas y azules, colores con los que un solanero empatiza sin dificultad, porque también son los suyos. Una prolongada ovación puso el epÃlogo al acto, cuyo simbolismo va más allá de los efectos reales que pueda tener. Esa concentración no detendrá a Putin, es evidente. La otra opción es no hacer nada…
Alumnos del colegio San Luis Gonzaga, con banderas ucranianas, durante la concentración