Panorámica de la cabalgata y Baltasar hablando con un niño Fotos: GACETA
Paulino Sánchez
Con frío ambiental y calor con la ilusión infantil desfiló la gran cabalgata de Reyes Magos por las calles solaneras, abarrotadas de personas de todas las edades. A las 8 en punto de la noche partió la comitiva real desde el CAI “Virgen del Camino”, concluyendo en la Plaza Mayor tras un recorrido amplio y pleno de colorido.
La banda de cornetas y tambores de Jesús Rescatado abría la cabalgata con un toque de originalidad en su indumentaria. Por primera vez desfilaron vestidos de Papa Noel, delante de la primera estrella en una carroza, a la que seguía otra con el tradicional portal de Belén.
La banda de Jesús y una de las carrozas durante la cagalgata Fotos: GACETA
Las carrozas de los tres Magos de Oriente aparecían a continuación. Subidos en sus tronos, Gaspar, Melchor y Baltasar lanzaban sin cesar caramelos al tiempo que saludaban a la multitud en compañía de sus pajes reales. Detrás, el resto de carrozas iban llegando repletas de pastorcillos unos, y con indumentarias alusivas a estas fiestas otros. Vimos muchos trajes rojos de Papá Noel y otros disfraces de dulces, palmeras o renos.
La concejalía de Festejos se encargó de organizar la cabalgata, que contó con la colaboración de las asociaciones Alas de Papel, Club de Ocio ‘Reto’, Asociación de Mujeres, AMPA de los colegios San Luis Gonzaga, La Moheda, El Humilladero, Romero Peña y Javier Paulino, así como los sindicatos agrarios COAG, ASAJA Y UPA. Un año más, hay que destacar la ayuda de los voluntarios de Protección Civil, que echaron una mano en el dispositivo a la Policía Local y el resto de operarios municipales.
Mientras la cabalgata avanzaba, muchos niños, y otros no tan niños, se afanaban en ir recogiendo los miles de caramelos que llovían desde las carrozas a las aceras. Alguna gente se proveyó de bolsas de plástico para, literalmente, llenarlas hasta arriba.
Sus majestades llegaron a la Plaza Mayor al filo de las 21,30 de la noche, donde recibieron la visita personalizada de cientos de niños, ávidos de conocerles de cerca y dispuestos a recordarles que no olvidaran dejar los regalos en casa. Naturalmente, todos dijeron que se habían portado muy bien durante el año. Seguro que sí.
Ya el miércoles por la mañana, los Reyes Magos asistieron a la misa de doce en la parroquia de Santa Catalina, que ofició Benjamín Rey, recibiendo en el ofertorio los clásicos oro, incienso y mirra que Gaspar, Melchor y Baltasar habían traído expresamente de Oriente.