La masiva afluencia de cortometrajes inyecta ilusión en los organizadores del festival Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La notable reducción en la dotación económica de premios no ha sido ningún obstáculo. Antes al contrario, la participación en la sección oficial de cortometrajes del Festival de Cine y Vino “Ciudad de La Solana" ha subido respecto al año pasado. En total, 250 cintas han concursado al cierre del plazo de recepción, un 12 por ciento más que en 2010. Pero lo más llamativo ha sido la diversidad de lugares desde donde han llegado los trabajos. Excepto La Rioja y la Ciudad Autónoma de Melilla, el festival solanero ha recibido cortos de todas las CCAA de España. Y también han llegado cintas de Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido y Escocia, junto a dos productores de México y Argentina que han realizado sus películas en España. De este modo, la proyección internacional del Festival de Cine y Vino “Ciudad de La Solana” ha sido extraordinaria.
Madrid, con 85 cintas, ha enviado una tercera parte de los cortos, seguido por Cataluña, con 35, Andalucía, con 20 y Euskadi, con 19. Destacan los 14 trabajos enviados desde diferentes puntos de Castilla-La Mancha, entre ellos uno domiciliado en La Solana. Ahora habrá una preselección hasta decidir la lista final para la sección a concurso.
Los responsables del festival no ocultan su satisfacción. En rueda de prensa, el concejal de Cultura, Luis Romero, ponderó esta respuesta “la convocatoria es un gran resultado para el festival, pero también para La Solana”. Y es que el objetivo del Patronato de Cine es popularizarlo en el tejido solanero a todos los niveles “trabajamos con ilusión por lograr el mayor nivel y nos hemos superado” –declaró-. No olvidemos que este festival ha sufrido importantes vaivenes desde su ruptura con la Fundación Lumière, pero ha encontrado la estabilidad “el festival ha pasado por todo tipo de senderos, pero ha sido capaz de asentarse”.
La génesis de este nuevo formato se basa en la austeridad más absoluta. El objetivo era, y sigue siendo, la autofinanciación. La tijera ha seccionado los premios hasta los 2.800 euros, cuando el año pasado fueron 11.000. En este sentido, Luis Romero recordó que “hemos emprendido un camino en que cada apartado cultural debe financiarse con sus medios y la cultura debe salir desde el pueblo”, aunque tenga apoyo municipal.
El director del festival, Paco Romero, explicó el encorsetamiento económico con esta frase: “nos esforzamos en cómo hacer un festival y no morir en el intento”. Pero la masiva afluencia de cortos alimenta el entusiasmo “somos un festival modesto pero lleno de ilusión”, enfatizando la confianza de realizadores jóvenes.
En cuanto a la gala de clausura, se sigue buscando un personaje de cierto relieve para poner la guinda, pero está siendo difícil, según reconoce el director, aunque no es algo que preocupe “nos importa más la asistencia de público y la participación”.